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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La expectación y ansiedad se apoderan de Universidad Católica ante el inminente retorno de su localía a la precordillera tras tres años de remodelación, ahora rebautizado como Claro Arena. El presidente Tagle adelantó que el primer partido se jugará el fin de semana del 26 o 27 de julio contra Coquimbo. Mientras tanto, se recuerda un peculiar encuentro hace 29 años en San Carlos, donde un árbitro tuvo que dirigir sin uniforme tras una lesión.

En Universidad Católica hay expectación y ansiedad. Hinchas, jugadores y dirigentes han reconocido que en lo único que piensan es en el retorno de su localía a la precordillera, tras tres años intensos de trabajos por remodelación. Y si bien, por temas comerciales y de patrocinio, el nombre cambió de San Carlos de Apoquindo a Claro Arena, para los ‘cruzados’ simplemente se trata del regreso a casa.

El día de la reapertura se acerca. Lo admitió el propio presidente Juan Tagle en entrevista con Radio Bío Bío hace pocos días. “Nosotros hemos dado mucha ventaja por no tener un estadio en estos tres años, entonces estamos aspirando a jugar ese partido, que no está todavía programado, pero que se juega el fin de semana del 26 o 27 de julio con Coquimbo”, afirmó.

Mientras se espera por la vuelta al renovado recinto de Las Condes, hace casi 29 años exactos, el ‘viejo San Carlos’, acogió, probablemente, el partido más insólito de su historia.

Fue el 15 de junio de 1996, durante el enfrentamiento de la UC ante el recién ascendido Santiago Wanderers de Valparaíso. Un compromiso que quedó marcado por una situación especial con los árbitros… con uno ejerciendo labores con pantalones, chaleco, camisa y zapatos.

Árbitro principal lesionado y el de ‘urgencia’ sin uniforme

Para entender lo ocurrido la citada fecha, el Zoom Deportivo, programa especializado de TVN de esa época, entregó en su momento los primeros antecedentes.

Bajo el reporteo de la periodista Deborah Bailey Vera, el espacio mostró el momento exacto en que el juez principal designado, Eduardo Gamboa, se lesionó y no pudo continuar cumpliendo su rol.

“El primer tiempo estuvo marcado por una situación insólita. A los 10 minutos debió salir por lesión el juez Eduardo Gamboa. Lo reemplazó el juez de línea Alejandro Celaya, y a su vez él fue reemplazado por el profesor de los árbitros Gastón Castro… aunque no venía preparado”, contó la comunicadora. Ahí, se vieron las imágenes de Castro sin uniforme, con el banderín y ropa semi-formal.

“Insólito, por decirlo menos, resultó que no hubiese un segundo árbitro. Pero definitivamente ellos no tuvieron la culpa de lo que se vio en la cancha. Una primera etapa en que por minutos el parido era más frío que la temperatura ambiente” agregó.

Al respecto, el portal Pelotudos, que recopila historias y anécdotas del balompié chileno basado en los medios de la época, rememora que Castro, que se había retirado oficialmente del referato a principios de los 90′, ese día estaba en San Carlos como Jefe del Área Docente del Comité Arbitral. Se había sentado hace pocos minutos en el palco del reducto precordillerano para ver y apoyar a sus pupilos.

A su vez, antes de tomar su lugar junto a la línea, logró comunicarse con otro juez, Claudio Pardo, para que llegase de emergencia. “Lo curioso no fue que Castro dirigió, sino cómo lo dirigió. Con tiempo solo para dejar el café y sacarse la chaqueta, agarró el banderín con zapatos mocasines, pantalón de gabardina, camisa escocesa de franela y chaleco sin manga. Así, como yendo a misa un domingo en la mañana, debía marcar los offside del rapidísimo Claudio Núñez, quien por aquellos años comparaban con Patricio Yáñez”, acotó el sitio, puntualizando que “Castro tuvo pega, pero salió airoso”.

Gastón Castro dirige con chaleco, camisa y zapatos en San Carlos de Apoquindo
Captura | Pelotudos

Hielos a la cancha y pifias a Pellegrini

En lo netamente deportivo, hay que decir que el juego acabó 1-1, con los visitantes logrando la igualdad en los descuentos por medio de un penal.

El resultado molestó en demasía a los fanáticos locales, que la emprendieron principalmente contra el árbitro central de ’emergencia’, Alejandro Zelaya.

“Ahí aparecieron los hielos, para los árbitros”, remarcó Pelotudos, en alusión a los objetos que le arrojaron al ‘hombre de negro’ cuando abandonaba el campo. De hecho, debió ser protegido por carabineros.

La salida del DT cruzado de ese entonces, Manuel Pellegrini, tampoco fue tranquila. El público de la UC no estaba conforme luego de los subcampeonatos de 1994 y 1995 y, especialmente, por la mala campaña de Copa Libertadores de ese año: fue colista del Grupo 4.

“Lógicamente, cuando uno pierde dos puntos no puede estar contento. Mucho más cuando los pierdes de local, en el minuto 45 y con un penal que nace de una desaplicación nuestra. Conforme no puedo estar”, admitió el ‘Ingeniero’ a Zoom Deportivo.

A las pocas semanas, Pellegrini terminó perdiendo todo crédito y dejando a la UC. Esa temporada los ‘cruzados’ acabarían subcampeones con 59 puntos, cuatro menos que el campeón Colo Colo. Pero, para los recuerdos del balompié chileno, quedó el momento histórico e insólito de los árbitros.