La jugadora de Palestino y seleccionada nacional Sub20, Emilia Pastrián, y Natalia Paredes, de las filas de futsal de Coquimbo Unido, rompieron el silencio y decidieron denunciar al kinesiólogo de Palestino, Ignacio Montano, por abuso y acoso sexual.

A través de las redes sociales, ambas deportistas entregaron duros testimonios acompañados de pruebas contundentes que desencadenaron en la desvinculación del profesional.

A raíz de esta situación, Sofía Sáez (18 años), de Unión Española, también quiso contar su verdad sobre estos hechos.

Esta última relató a La Tercera que no soportó el silencio y, al ver la denuncia de dos de sus compañeras, decidió contar su verdad.

Sofía se identificó como una víctima del kinesiólogo y relató que lo conoció cuando tenía 17 años.

“Él me contactó por Instagram. Yo veía que tenía publicaciones donde salía con jugadoras que yo conocía, por lo tanto me confié, al ser profesional de un club destacado como Palestino”, partió diciendo.

La jugadora comentó que la primera actitud indebida que notó del profesional fue que le pidió fotos en ropa interior para “analizar” su postura.

“La primera fue que me pidió fotos en ropa interior para analizar mi postura. Al menos eso me decía él. Cuando se la enviaba, me pedía si tenía ropa interior más pequeña, que achicara el calzón. Exactamente lo mismo que le pedía a las otras deportistas que publicaron funas”, señaló.

Sofía reveló que la situación fue escalando y que debido a eso decidió no seguir trabajando con el acusado, pues le era incómodo.

“Lo máximo a lo que llegó fueron dos cosas. Me tocó mi parte íntima, me dijo que era parte de la sesión. En dos sesiones me tocó así. Yo lo vi de forma profesional. Lo otro fue que me puso unas ventosas y me dijo que tenía que estar sin peto. Luego de eso me hizo hacer ejercicios en la camilla con el torso al aire, sin peto porque él no me lo permitía. Para mí era súper incómodo”, confesó.

“Dejé de ir porque me quedaba muy lejos y porque era muy incómodo para mí. No quería seguir yendo porque me sentía incómoda. Fui como a cuatro sesiones y dejé de ir”, agregó.

La jugadora de Unión Española aclaró que nadie sabía lo que le había ocurrido, solo una amiga, y al ver las otras denuncias decidió hacer público su caso.

“Todo lo que publiqué nadie lo sabía. La única persona que tenía conocimiento mínimo fue una amiga a la que se lo recomendé en un principio. A ella le pidió exactamente las mismas fotos. El resto no lo comenté ni a mi familia, lo dejé para mí”, cerró.