Todo comenzó con una columna la cual terminó en una grave denuncia. El exfutbolista y hoy entrenador de Hualqui de la tercera división, Edgardo Abdala, se cansó y reveló un crudo relato que involucra a su hijo Joaquín y al representante de jugadores Fernando Felicevich.

En una entrevista publicada por La Tercera, Abdala reveló que hace un par de años su hijo, que jugaba en las divisiones menores de Huachipato, recibió presiones del conjunto acerero y de Felicevich para que firmara con Twenty Two (empresa de Felicevich). Si no lo hacía, no jugaría más.

Al final el joven firmó. Le prometieron muchas cosas, pero nada le cumplieron. Además, las cosas se pusieron peor, pues con el tiempo no fue considerado en el equipo. De hecho, hoy está fuera de Huachipato.

“Mi hijo ya se fue de Huachipato. Pertenece al club, pero no va más. Me llamó llorando, diciendo que su cabeza iba a explotar. El club decía que él no ponía de su parte. La injusticia deportiva era mucha, era algo personal. Lo tuve con sicólogo, que le detectó varias falencias. Llegó un punto en que no hay vuelta atrás. Lo hacían entrenar con niños que no están en el grupo de proyección. Uno también se daba cuenta de que había una división interna. El perjudicado es Joaquín. La gente que está ahí me dice que no hay razones futbolísticas para que no estuviera al menos entre los 18”, confesó Abdala.

A raíz de este caso, en BioBioChile conversamos con el exentrenador de La Roja Sub20 José Sulantay, quien sabe de primera fuente cómo se debe trabajar con las series menores.

“Es una cosa seria, es increíble lo que están haciendo con los jóvenes. Yo creo cualquier cosa de los empresarios, como yo siempre estuve en contra de esto”, partió diciendo el DT.

El mundialista agregó que estos empresarios están matando al fútbol chileno, ya que ofrecen contratos a jugadores que aún no están formados completamente, lo que a la larga los perjudica como futbolistas.

“Los jugadores están siendo, muy pequeños, sin estar preparados, contratables con la ilusión que lo llevarán fuera del país. Dueños de los clubes. Están matando al fútbol chileno”, lanzó.

En la entrevista, Edgardo Abdala confesó que su denuncia acarrearía que a él se le cerrarían muchas puertas como entrenador, dando a entender que el poder de Fernando Felicevich sobre el fútbol chileno sería total.

Según la opinión de Sulantay, esto sería “muy cercano a una mafia, porque ellos saben todo. Mataron en las provincias la idiosincrasia de la gente, las que eran partícipes de los clubes nacionales que los representaban. Ahora ya no, viene un dueño de equipo, trae a sus jugadores, los saca cuando quiere, los lleva a otro equipo del que también es dueño. Se perdió la identidad. Nuestro fútbol va en caída”.

El entrenador agregó que alguien tiene que tomar cartas en el asunto, pues este tipo de situaciones ya está sucediendo.

“Alguien tendrá que tomar cartas. Si el fútbol se está transformando en una mafia prácticamente, es grave. Nosotros los chilenos y entrenadores tenemos que estar en contra. Desgraciadamente hay dirigentes y entrenadores extranjeros que prefieren a la gente de afuera. Por no entrar en ese camino casi todos los técnicos chilenos no manejan clubes. Puede suceder, está sucediendo”, sentenció.

Por otro lado Sulantay, quien tuvo a su cargo a dos selecciones Sub20, reveló que cuando él dirigió a La Rojita Felicevich se encargó de captar a esos jugadores. Algo que no le pareció.

“Él entró en los tiempos en que estaba la selección sub20 (la generación dorada). En las dos selecciones que tomé, a esos muchachos los tomó ahí. Incluso una vez le dije que hiciera todos sus movimientos fuera de Juan Pinto Durán, que no estuviera ahí todos los días”, reveló.

Consultado por su relación con el empresario, el DT aclaró que no es “ni buena ni mala, pero no lo acepto no más. Los dejo trabajar, es su camino”.