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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El joven futbolista Manley Clerveaux, de 19 años, se convierte en refuerzo de Deportes Puerto Montt, llegando a préstamo desde Colo Colo. A pesar de acusaciones de indisciplina en 2025, el extremo haitiano desmiente tales afirmaciones y promete cambiar su actitud en su nueva etapa. A pesar de tener otras ofertas, elige al equipo salmonero por su ascenso y ambición. Clerveaux se muestra enfocado y comprometido, asegurando que no decepcionará.

El joven futbolista de 19 años, Manley Clerveaux, fue confirmado la semana pasada como refuerzo de Deportes Puerto Montt, elenco al que llega a préstamo desde Colo Colo.

El extremo haitiano, promesa alba que jugará un año en Primera B tras el retorno del elenco salmonero a la división de plata del fútbol chileno, vivió un 2025 marcado por acusaciones de indisciplina en su contra.

Fue el propio futbolista quien, en diálogo con AS Chile, desmintió aquello y aseguró que ahora, cambiará su actitud.

“He visto comentarios que no me gustan, pero nada, soy un jugador que responde en la cancha. Ahí puedo decir lo que quiero, pero afuera soy tranquilo y buena onda. La gente que me conoce lo sabe. Apareció que yo llegaba tarde a entrenar o que me mandaron a correr por fuera y eso nunca pasó”, dijo.

A su vez, Clerveaux admitió que tuvo más ofertas de otros clubes de Primera y de la B, pero que eligió defender a los delfines “porque subieron y van a ir a pelear”.

Considerando la distancia entre Santiago y Puerto Montt, el novel jugador se muestra mentalizado y “ansioso de comenzar, de jugar y de poder demostrar”, al mismo tiempo en el que envió un mensaje a su familia.

“Voy a extrañarlos, pero igual hemos hablado. No voy a pelotudear, ni a joder. Voy a hacer lo que tengo que hacer”, lanzó.

Por último, Manley Clerveaux, que en 2026 sumará minutos en el sur del país, detalló su relación con Fernando Ortiz, entrenador de Colo Colo.

“El profe es muy buena onda conmigo. Nos ve, nos saluda, e incluso me abraza. Lo mejor es que el profe siempre está con esa sonrisa y siempre trata de ayudar a los juveniles. Pero de que tengamos algún roce… con el profe todo tranquilo, todo muy buena onda”, finalizó.