Este sábado 29 de noviembre se cumplen 9 años de una de las tragedias más impactantes del deporte: la tragedia aérea que afectó al Chapecoense cuando viajaba a disputar la final de la Copa Sudamericana. Fueron 71 los muertos producto del accidente, prácticamente todo el plantel, y solo 6 supervivientes.
Dentro de este último grupo pequeño se encuentra el futbolista Alan Ruschel, uno que, milagrosamente, pudo recuperarse casi al cien por ciento y hasta volvió a jugar oficialmente. En la actualidad, de hecho, defiende al Juventude en el Brasileirao.
En la víspera de un cumplirse un año más del accidente, Ruschel conversó con Diario Marca y reiteró que un inesperado cambio de asiento a última hora fue, probablemente, lo que le terminó salvado la vida.
“Yo sabía que iba a ser un viaje largo, de tres o cuatro horas, y quería viajar solo, acostarme en una fila de asientos atrás. Entramos todos: jugadores, cuerpo técnico, invitados… y cuando llegó uno de los últimos invitados, un periodista, se sentó a mi lado. Entonces pensé:’no voy a poder acostarme’, expresó, agregando que “en ese momento Follmann, que estaba más adelante, me miró y me llamó para sentarme con él. Me levanté, fui con él, y ahí pasamos todo el vuelo: conversando, escuchando música, algunos cantando samba… todo muy tranquilo“.
Ruschel, también, confirmó que antes del accidente ya habían viajado en el mismo avión: “No es que sospecháramos que estaba en mal estado, no. Lo que era raro era toda la burocracia para poder usarlo: que no podía aterrizar en Brasil, que teníamos que hacer mil gestiones para contratarlo”.
“Pero en ese momento todo era nuevo para el club. Era la primera vez que Chapecoense jugaba una copa internacional, en vuelos chárter, el escudo del club en el avión… todo era un sueño para nosotros. Nadie pensó nunca que podría pasar lo que pasó”, detalló.
“Cuando desperté y me enteré de todo, fue un shock muy grande”
Alan Ruschel también se refirió al momento exacto del accidente. “Me acuerdo de todo hasta el imapcto. Recuerdo que el piloto avisó que íbamos a aterrizar, hicimos una vuelta, otra vuelta, y nada… no aterrizábamos. De repente, en una de esas vueltas, se apagaron todas las luces del avión, quedó todo en silencio. Nadie gritó, no hubo pánico, solo esa sensación de ‘¿qué está pasando?"”, , acotó.
“Después vino una turbulencia muy fuerte, sonó la alarma dentro del avión… y ahí ya no me acuerdo de más nada. Supongo que fue el momento del impacto”, complementó.
Ruschel, incluso, no recuerda su diálogo con los rescatistas que lo encontraron. “De eso no me acuerdo absolutamente nada. Me lo contaron después, cuando volví a Colombia y hablé con las personas que me rescataron. Ellos me dijeron que yo estaba en estado de shock, que pedía que llamaran a mi padre, que entregué mis documentos, mi alianza… pero yo no recuerdo nada de eso”.
Finalmente, el deportista rememoró el momento en que se enteró de la magnitud de lo que había ocurrido: “no tenía ni idea de lo que había pasado. Cuando desperté, preguntaba por la gente, por mis compañeros, y nadie me decía nada. Los médicos estaban orientados a no contarme de golpe lo que había ocurrido, solo cuando llegara el psicólogo para ayudar con la noticia. Yo estaba evolucionando muy rápido físicamente, cada día mejor, y cuando finalmente me contaron lo que había pasado me quedé bloqueado, sin reaccionar. Fue un shock muy grande“.
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