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El exfutbolista Robert Prosinečki fue vetado del AC Milan hace más de 30 años debido a la forma de su mandíbula. A pesar de haber sido Balón de Oro y quinto mejor jugador del mundo, sus prominentes incisivos preocuparon a los médicos del club italiano, quienes advirtieron sobre posibles problemas musculares y de espalda. Finalmente, Prosinečki fichó por el Real Madrid, donde las lesiones le impidieron destacar, siendo apodado 'Lesionecki' por la afición madridista.
Una sonrisa perfecta te puede abrir muchas puertas, y una mandíbula poco “normal” te las puede cerrar. Eso fue lo que vivió Robert Prosinečki hace más de 30 años, cuando fue vetado del AC Milan por la forma de su boca.
Era 1991 y el yugoslavo había ganado notoriedad junto a su selección y el Estrella Roja (hoy conjunto de Serbia). A los 18 años, el espigado, rubio y elegante futbolista fue elegido el mejor jugador del Mundial sub 20 disputado en Chile en 1987.
Junto a jugadores como Predrag Mijatović y Davor Šuker, Yugoslavia se convirtió en el campeón del certamen y Prosinečki en Balón de Oro. El futuro no era más que brillante para el europeo.
Es más, dos años después fue escogido el mejor jugador sub 21 de Europa, y junto a su club, campeón de la Copa Europa en 1991. Eso no sería todo, ya que en la misma temporada fue elegido el quinto mejor jugador del mundo.
Prosinečki lideró una joven generación y al Estrella Roja para ganar cuatro campeonatos de la liga consecutivos.
La lucha del Milan por contar con Robert Prosinecki
Junto a Dejan Savicevic, Robert Prosinečki se transformó en la ‘vedette’ del mercado de pases en el verano europeo de 1991.
Ambos tenían los mismos pretendientes, nada menos que los poderosos Real Madrid y AC Milan. Los merengues querían recuperar la hegemonía en España perdida ante el Barcelona de Johan Cruyff.
La opción más obvia en Madrid era Dejan Savicevic, principalmente por su equilibrio entre asistidor y goleador. Mientras, el AC Milan se dejó seducir por la influencia frente a la porteria y la creatividad de Prosinečki, para reforzar su centro del campo y acompañar a Marco Van Basten.
La figura de Silvio Berlusconi fue relevante en ese momento, e hizo de todo para que el yugoslavo fichara por el rossonero. El objetivo del polémico político y dirigente deportivo italiano era recuperar el domingo europeo, luego del doblete en la Copa de Europa de 1989 y 1990.
Con Arrigo Sacchi como entrenador la idea era complementar un plantel lleno de estresllas: Paoli Maldini, Franco Baresi, Ruud Gullit y Van Basten, entre otros. Idea que sedujo de inmediato a Prosinečki.
En una movida que se conoció años después, el croata se trasladó a Italia en secreto para pasar un reconocimiento médico.
Entonces, los futbolistas de los países de la Europa comunista necesitaban permiso gubernamental para salir del país. Así, el delantero se presentó en Milán para someterse a los exámenes médicos de rigor.
Fue ahí que se puso atención en su alargada mandíbula y en sus prominentes incisivos. La advertencia de los médicos fue clara: es candidato a continuos problemas musculares y de espalda. Le pasan la información a Berlusconi quien da por cancelada la operación.
Real Madrid compra el “paquete rubio más caro”
El frustrado fichaje de Prosinečki al Milan se hizo sin que el Madrid lo supiera, por lo que Ramón Mendoza, presidente de la Casa Merengue, siguió con su propósito de firmar al croata.
Usando contactos y su posición de reconocido empresario, Mendoza firmó un acuerdo con el Estrella Roja cercano a los 1.500 millones de pesetas de la época.
Robert Prosinečki es presentado en el Bernabéu en el verano de 1991 como el fichaje del año a nivel mundial. No era menor, ya que el Real Madrid acababa de fichar al jugador que se suponía que iba a dominar el fútbol europeo y mundial en la década de 1990.
En total fueron tres años vestido de blanco, donde de los cuales compartió con el chileno Iván Zamorano y donde solo en la última logró mostrar algo de lo que se esperaba de él: 23 partidos y 6 goles.
La afición madridista fue implacable: lo trataban de ‘Lesionecki’ o de ‘Marlboro, el paquete rubio más caro’. Y es que el rubio mediapunta croata era un fumador empedernido, algo que él mismo reconoció años más tarde.
Tras la mala experiencia en Madrid, acumuló temporadas poco recordables en Real Oviedo, Barcelona y Sevilla, para en 1997 regresar al Dinamo Zagreb (Croacia Zagreb en la época).
En casa reverdeció, ganó tres ligas y logró el tercer lugar en Francia 1998 junto a su selección.
