En el corazón del Quartieri Spagnoli, donde las calles vibran al ritmo del fútbol y la devoción, este jueves los napolitanos amanecieron con una imagen que parecía imposible.
Y fue el rostro de Diego Armando Maradona cubierto. El emblemático mural del ‘10’, lugar de peregrinación para hinchas del Napoli y turistas de todo el mundo, fue tapado y no por vándalos.
Detrás del gesto hay un reclamo activo. Comerciantes de la zona, cansados de lo que consideran una persecución por parte de la policía municipal, decidieron cubrir el rostro del ídolo como señal de alerta.
“Nos sentimos perseguidos. No somos ilegales, solo estamos esperando que el municipio termine los trámites”, denunciaron en declaraciones a medios locales.
El conflicto se desató un día antes, cuando agentes del municipio realizaron operativos sorpresa y aplicaron sanciones a varios comercios por supuestas irregularidades en sus locaciones. Los propietarios alegan que los permisos están en trámite y que no se trata de negocios clandestinos.
La respuesta fue simbólica y potente. Taparon el rostro de Maradona, un acto que golpea directamente en la fibra emocional de Nápoles.
Para muchos, fue un golpe duro pero comprensible. “Tapar a Diego es como tapar parte del alma de Nápoles”, escribió un vecino en redes sociales, reflejando la mezcla de tristeza y entendimiento que generó la escena.
Los comerciantes advierten que, si no reciben una respuesta favorable por parte de las autoridades, podrían redoblar la protesta. “Si no nos escuchan, pondremos un gran telón negro sobre toda la obra”, advirtieron.
La obra en cuestión no es cualquier mural. Es un ícono cultural, una muestra de agradecimiento eterno a quien entre 1984 y 1991 jugó 259 partidos con la camiseta del Napoli, marcó 115 goles, repartió 85 asistencias y lideró al club a conquistar dos títulos de Serie A, una Copa Italia, una Supercopa y la inolvidable Copa de la UEFA de 1989.
Treinta años después, Maradona sigue siendo una figura sagrada en esta ciudad italiana.