El arquero alemán que estuvo preso, ’murió’, secuestró un pingüino y ostenta un récord inigualable

Esta es la increíble historia del arquero alemán Lutz Pfannenstiel, una que incluso llenó las páginas de un libro y que difícilmente podrá ser igualada.

Se trata de un exfútbolista, nacido en 1973 en Zwiesel en la Alemania Occidental (Federal) y que es, hasta ahora, el único en jugar en las seis confederaciones de la FIFA: AFC (Asia), la CAF (África), la Concacaf (Norteamérica, Centroamérica y el Caribe), la Conmebol (Sudamérica), la OFC (Oceanía) y la UEFA (Europa).

Durante su largo periplo profesional, Pfannenstiel además de futbolista fue entrenador, instructor de entrenamiento y colaborador en programas de fútbol. Desde su inicio como jugador con la selección alemana sub-17 en 1986 hasta su retiro en 2011, Lutz Pfannenstiel jugó en 25 equipos, incluidos clubes de Brasil, Malasia, Singapur (donde estuvo preso), Nambia e Inglaterra (donde estuvo clínicamente muerto), entre muchos otros.

El último desafío que enfrentó, hasta agosto pasado, fue el de director deportivo del St Louis City. Fue el primero en asumir dicho cargo en el equipo de la MLS en 2021 y bajo su gestión, el club terminó en el primer lugar de la conferencia del Oeste en 2023.

“Mi carrera comenzó de forma normal; incluso jugué en selecciones juveniles de Alemania, pero siempre fui un poco impaciente”, reconoció en una entrevista con la BBC. En 2009, publicó sus memorias en el libro Las increíbles aventuras del portero imparable (The Incredible Adventures of The Unstoppable Keeper).

“Lugar equivocado, en el momento equivocado”

Pfannenstiel abandonó el Bayern a los 19 años para fichar por el Penang FA de Malasia, en busca de nuevas oportunidades. Luego comenzó un viaje por Europa, vistiendo camisetas como las de Wimbledon FC y Nottingham Forest, en Inglaterra, o la del Sint Truidense de Bélgica. Se aburrió de Europa, y se fue a Sudáfrica, para defender al Orlando Pirates

Sin embargo, su carrera dio un vuelco dramático cuando fue acusado de amaño de partidos en Singapur y pasó 101 días en prisión.

“No creo que haya muchas cárceles tan duras en el mundo. Estaba modelando para Armani, tenía mi propio programa de televisión y jugaba bien al fútbol. De pronto desperté en una celda de concreto”, recordó al medio inglés.

Finalmente, fue absuelto al no encontrarse pruebas de sobornos. “Fue el momento más difícil de mi vida, pero también el que más me enseñó”, aseguró. En una entrevista posterior al periodista y generador de contenidos para redes sociales, Bruno Vain, aseguró haber estado “en el lugar equivocado, en el momento equivocado” e insistió en que “no tuve nada que ver”.

Secuestró a un pingüino y estuvo clínica muerto en pleno partido

Superada la pesadilla carcelaria, Pfannenstiel volvió a las canchas pero lejos de Asia. Precisamente de vuelta en Europa, en un partido defendiendo al Bradford Park Avenue, en el tradicional Boxing Day inglés, sufrió un violento choque contra un futbolista del Harrogate Town. Fue tal el golpe que le colapsaron los pulmones y se le detuvo el corazón.

“Mis pulmones colapsaron, no tenía pulso. Me declararon muerto tres veces en el campo. Desperté tres horas después en el hospital”, relató.

El héroe de Lutz Pfannenstiel fue Ray Killick, fisioterapeuta del club, quien le salvó la vida aplicándole respiración boca a boca. “Me sentí como si me hubieran apuñalado, recuerdo ir a buscar la pelota y luego despertarme en una ambulancia”, declaró tras el partido.

Luego de recuperarse, el portero alemán siguió su viaje futbolero y recaló en Nueva Zelanda para vestirse con la tricota del Dunedin Tech. Estando en Oceanía, se encontró con una colonia de pingüinos y tomó uno como mascota. “Amo los animales exóticos”, asegura Lutz.

Eso sí, rápidamente lo regresó a su hábitat luego de que compañeros le advirtieran que era una especie protegida y que de ser sorprendido por las autoridades, volvería a la cárcel.

Del fútbol a la lucha ambiental

Luego de pasar por Europa, Asia, Oceanía y África, el portero alemán se vino a América, donde defendió los colores del Vancouver Whitecups de Canadá. Completó el récord de jugar en todas las confederaciones FIFA en Brasil, donde vistió los colores del Atlético Ibirama en 2008.

Retirado del fútbol profesional, orientó su energía a causas ecológicas. En 2009 fundó el Global United Football Club, una organización que promueve la conciencia ambiental y que cuenta con embajadores como Zinedine Zidane, Ronaldinho, José Luis Chilavert y Lothar Matthäus. En 2012 pasó cinco días encerrado en un iglú en Alemania para visibilizar los efectos del cambio climático.

“Quiero usar el fútbol como motor para combatir el calentamiento global. Los futbolistas son referentes y pueden influir en los jóvenes y en la sociedad”, asegura el portero alemán.