Lionel Messi tuvo una noche para el olvido este jueves, cuando junto a su Inter Miami visitaron al Vancouver Whitecaps en Canadá, por la semifinal ida de la Concachampions.
Y es que, a pesar de mostrar algo del talento que lo llevó a ser considerado como uno de los mejores futbolistas de la historia, la ‘Pulga’ no pudo guiar a su equipo al triunfo y cayeron derrotados 2-0.
Pero eso no fue todo lo negativo para la noche de Messi en el país del norte, sino que también tuvo un duro altercado con uno de sus rivales, el argentino nacionalizado paraguayo, Andrés Cubas.
La molestia del 10 de la selección Argentina comenzó luego de la apertura de la cuenta de los locales, que llegó a los 24 minutos gracias al cabezazo de Brian White. Cabe señalar que el responsable de la marca del delantero local era del ex Colo Colo, Maxi Falcón que jugó los 90 minutos del duelo.
Minutos más tarde, y ante la impotencia por una nueva pelota perdida, Lionel Messi encaró por primera vez a Cubas. Lo acusaba de cometerle falta, ante lo que el argentino-paraguayo no se achicó y respondió sin reparar en la figura que tenía enfrente. La escena se repitió segundos más tardes.
No contento con encararlo, Messi trató incluso de golpear a Cubas en la jugada siguiente, no obstante la entrada de ‘Lio’ no surgió efecto. El volante central de los Whitecaps, pese a medir menos que el campeón del mundo, ni se inmutó.
En cambio que el creativo de los de Miami se dio una vuelta y terminó regado por el césped artificial del Estadio BC Place.
Messi, buscando la igualdad para Miami, trató de seguir generando fútbol, pero la dureza de los canadienses se hizo notar cada vez que el ex Barcelona tomaba el balón.
La dinámica del encuentro se mantuvo durante la segunda mitad, hasta que llegó el 2-0 definitivo para los de Vancouver. Con la visita volcada en busca del empate, una rápida de los locales terminó con el tanto de Sebastian Berhalter a los 85 minutos
El suplicio de Lionel Messi no acabó con el pitazo final del encuentro, sino que continuó camino a camarines, donde un fanático desde la grada le mostró una camiseta de Cristiano Ronaldo. La respuesta de Messi:
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