Los graves incidentes en la previa del clásico sudamericano podrían traer consecuencias para las dos selecciones.

La FIFA abrió un expediente contra Brasil y Argentina por los incidentes en la previa del clásico del último martes por las Clasificatorias de la Conmebol, cuando hinchas argentinos fueron agredidos por la policía local tras desórdenes en las tribunas del Estadio Maracaná.

Y es que, de acuerdo al reglamento, Brasil no cumplió con el artículo 17 del Código Disciplinario, que refiere el orden y a la seguridad en los partidos, mientras que la ‘Albiceleste’ está acusada de no cumplir con el artículo 14.5 (atraso en el inicio del juego) y el artículo 17.2 (perturbación de aficionados).

Desde lo reglamentario, no está especificado, ero el Comité Disciplinario puede aplicar multas, partidos sin público, prohibición de jugar en determinado estadio o hasta la obligación de ser local en cancha neutral. No hay plazos específicos para el anuncio de una sanción, y toda decisión puede ser apelada ante el Tribunal de Apelaciones de la FIFA.

Tras los incidentes, la CBF comunicó: “La Confederación Brasileña de Fútbol reafirma que el plan de acción, seguridad y operación para el partido fue seguido estrictamente, aprobado por la Policía Militar de RJ y otras autoridades”, dejando toda responsabilidad a cargo de los agentes.

Por la represión, Lionel Messi les indicó a sus compañeros regresar al vestuario y el partido empezó 27 minutos más tarde que el horario pautado. Luego, el presidente de la AFA, Claudio Tapia, fue hasta el lugar y después regresaron los futbolistas a la cancha. Después del encuentro, la ‘Pulga’ explicó que la actitud tenía la motivación de instalar la posibilidad de que el partido no se jugara para terminar con la violencia para los hinchas argentinos.