El mandatario francés generó repudio por su excesivo protagonismo en la final de Qatar 2022 y por el costo de sus viajes.

El rifirrafe político francés, con críticas a Emmanuel Macron por su voluntad de protagonismo en la final del Mundial de Qatar 2022 y la discrepancia del Gobierno con la Federación Francesa de Fútbol (FFF) a la hora de organizar o no una recepción a la selección, está ensombreciendo el retorno de los ‘bleus’.

Este lunes, los mensajes contradictorios sobre un acto masivo en la plaza de la Concordia de París, para rendir homenaje al plantel galo tras una digna lucha en la final frente a Argentina, han comenzado a rondar.

Primero fue la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, quien dio a entender en declaraciones oficiales que ese recibimiento se celebraría porque los futbolistas, aparentemente, querían “dar las gracias a los aficionados” y eso “es muy importante para ellos”.

Sin embargo, poco después el presidente de la FFF (con el que tiene malas relaciones desde hace meses) la desmintió en una entrevista a una televisión en la que aseguró que los jugadores no estaban de humor para una celebración después de haber perdido en los penales y preferían “volver a su casa esta misma noche”.

Mientras tanto y sin saber si el acto se realizará o no, una parte de la oposición política francesa, además de diversos medios de comunicación, ha mostrado su descontento por el protagonismo de Macron tras el término de la final, con los gestos y las palabras que dirigió a los diferentes miembros de la plantilla en lo que se ha interpretado como una intención por capitalizar el interés.

La Reagrupación Nacional de Marine Le Pen, por boca de su vicepresidente, Sébastien Chenu, calificó de “totalmente ridículo” el comportamiento del jefe del Estado cuando bajó al césped a ‘consolar a Kylian Mbappé: “Era un poco lamentable verlo pegarse como un clavo a Mbappé”.

Manuel Bompard, diputado de La Francia Insumisa (LFI, de Jean-Luc Mélenchon) reprochó en Twitter al presidente, con ironía, sus propias declaraciones al comienzo del Mundial en las que decía que “no hay que politizar el deporte”.

Por su parte, el primer secretario del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, también le echó en cara el carácter “inoportuno e incómodo” de sus gestos con los “bleus” en el Estadio de Lusail.

“Ante las cámaras, Emmanuel Macron ha buscado tener el papel de bueno en la tragedia”, profundizó.

En el caso de la prensa francesa, el periódico Le Point cuestionó los gastos que le significaron al mandamás los viajes a Qatar y enfocó las críticas en la millonaria inversión de los contribuyentes para que Macron dijera presente en Lusail.

“Sus vuelos al Mundial de Qatar para asistir a las semifinales con Marruecos y la final con Argentina costaron a los contribuyentes unos 501.000 euros, o 31 años de salario mínimo… Además, la huella de hidrocarburos de esos vuelos fue de aproximadamente 480 toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones producidas por un francés promedio en 53 años de vida. Es un símbolo catastrófico en el momento en que se celebra la COP15 en Montreal”, repudió el medio de comunicación.