Tras los conflictos políticos que suscitaban aquella época en Uruguay, como organizador original del campeonato, Montevideo decidió aplazar la cita y Curicó no desperdició la oportunidad de recibir lo mejor del baloncesto.

En pleno otoño de 1966, y tras cuatro años de la Copa Mundial de Fútbol de 1962, Chile volvió a convertirse en el epicentro del deporte al albergar en Curicó el Campeonato Mundial Extraordinario de Básquetbol. Una cita que reunió a los mejores exponentes del baloncesto y que se llevó a cabo por un hecho fortuito.

Con la presencia de España, Yugoslavia y la Unión Soviética (entre otros países) y durante tres días, el pueblo curicano disfrutó del mejor básquet del mundo en un gimnasio que, a través de los años, recibió el nombre del padre del presidente de la ANFP, Abraham Milad.

Mundial de Básquetbol en Curicó (1966) | EFE
Mundial de Básquetbol en Curicó (1966) | EFE

Crisis en Uruguay, oportunidad para Curicó

Los 60′ no fue una buena década para Uruguay. Entre el rock y la cultura hippie, Latinoamérica se vio afectada por una fuerte crisis económica que obligó al gobierno uruguayo a firmar sus primeros acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de préstamos que le permitieran saldar sus millonarias deudas.

Con la disminución de las exportaciones de materia prima, la clase obrera resultó siendo la más afectada sufriendo con el desempleo, la baja en los salarios y la alta subida de precios de la canasta básica. Un clima político complicado para un país que debía recibir el Mundial de Básquetbol en Montevideo durante la primavera de 1966. ¿Qué medida tomaron? Aplazarlo.

Tras la drástica decisión que tomó Uruguay en conjunto con FIBA, Curicó aprovechó la oportunidad y, en 1965, sorprendió al país confirmando que la ciudad sería subsede del Mundial Extraordinario de Baloncesto en abril de 1966, junto con Antofagasta y Valdivia.

Curicó
Curicó recibiendo el Mundial de Básquetbol | Archivo

Pese a compartir la cita planetaria con estas ciudades y a no recibir a la Selección Chilena, la mayor cantidad (y calidad) se disputaron en el Gimnasio Cubierto de Curicó -actualmente Abraham Milad-, donde se pudo ver a países de la talla de la Unión Soviética, España y Puerto Rico, este último con su gran estrella, el base Juan ‘Pachín’ Vicéns.

Juan 'Pachín' Vicens
Juan ‘Pachín’ Vicens | Archivo

La ciudad estaba de fiesta y así lo demostraron en el partido inaugural, donde repletaron un recinto que terminó albergando a 5.000 personas, pese a que su capacidad era para 4.000. Una instancia que permitió realizar significativas mejoras al gimnasio.

“Para el Comité Ejecutivo y la Asociación de Básquetbol de Curicó, es un alto honor con la presencia de deportistas, dirigentes y periodistas de Argentina, España, Puerto Rico, Costa Rica y la URSS. A todos ellos tiene el agrado de saludarles y desearles que su estadía en esta vieja ciudad sea grata y ligera”, comunicaron las autoridades locales a través del Diario La Prensa de Curicó.

Gimnasio Cubierto de Curicó
Gimnasio Cubierto de Curicó remodelado (1966) | Archivo

La coronación de Yugoslavia y la participación de Chile

Pese a que la diferencia en cuanto a la calidad de jugadores era notoria en comparación con otros países de la competencia, finalmente, Chile finalizó el certamen en el séptimo lugar con seis puntos y con Juan Guillermo Thompson excepcional, firmando 116 puntos en todo el torneo y siendo el segundo máximo anotador de la cita.

El pívot de 1,95 metros era la figura del conjunto nacional y no decepcionó, aunque los expertos ya tenían conocimiento de la aguerrida personalidad del jugador, quien a sus 17 años (1956) se dio el gusto de jugar y anotar puntos frente a Bill Russell (leyenda y multicampeón de la NBA) en un amistoso, además de ser la estrella en el tercer lugar de Chile en el Mundial de Básquetbol de 1959.

Juan Guillermo Thompson
Juan Guillermo Thompson | Archivo

De los trece países en competencia, el título se lo llevó la poderosa Yugoslavia de la mano de Radivoj Korac, considerado una de las primeras estrellas del baloncesto europeo y quien superó a Thompson como máximo anotador del campeonato, con 125 puntos totales.

El podio lo completó Estados Unidos en el segundo lugar y la Unión Soviética en el tercero. Darel Carrier, base de St. Louis Hawks (hoy Atlanta Hawks) de la NBA, fue la gran figura del equipo norteamericano.

Cabe consignar que las medallas originales entregadas en dicho certamen se encuentran en la colección del Museo FEB de la ciudad de Alcobendas, España.

Medallas del Mundial Extraordinario de Básquetbol
Medalla del Mundial Extraordinario de Básquetbol | Foto: Museo FEB

El golpe bajo de la FIBA

Finalmente, con la realización del Mundial de Básquetbol de Montevideo en 1967, años más tarde, la FIBA catalogaría el certamen organizado en Chile como no oficial.

Una dura decisión de la Federación Internacional de Baloncesto que se originó porque los países participantes acudieron por invitación directa del país anfitrión y no en base a sus resultados.

Sin el equipo chileno en la cita uruguaya, la Unión Soviética le arrebató el fugaz trono a Yugoslavia, coronándose campeones de manera oficial.

Unión Soviética
Unión Soviética en el Mundial de Básquetbol de 1967 | Archivo

A pesar de que Antofagasta y Valdivia también participaron en la organización de este torneo extraordinario, la espectacular exhibición de básquetbol entre el 15 y 17 de abril de 1996 aún se recuerdan en Curicó como el primer campeonato mundial albergado en la ciudad fundada en 1743.