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La física cuántica se está volviendo terrorífica

08 junio 2020 | 08:43

Un espectáculo espléndido es ver a un jugador de billar preparándose para disparar su bola. Estudia finamente el ángulo y la fuerza con que su palo proyectará la bola, sobre la mesa. Golpea y la bola se lanza chocando a las otras de manera precisa para que ellas a su vez se disparen tal como el jugador quería.

Todo ese efecto estaba implícito en el cálculo del jugador. Y se había vuelto inevitable desde el momento en que él lanzó ese único golpe: una acción de una décima de segundo.

Bueno, unos 530 años antes de nuestra era, el pensador Parménides, un griego del sur de Italia, comprendió que todas las cosas que ocurren son causadas por otras cosas. Y que sólo las cosas reales tienen efectos reales. Nada de milagros de dioses ni artilugios de brujería.

Y Parménides formuló su famoso silogismo que dice “Lo que es, es; lo que no es, no es. Por lo tanto, todo es”.