Intrigado por el uso de las fajas que las mujeres tienden a usar, Mathew Jedeikin, editor del sitio de virales Buzzfeed, decidió comprobar por si mismo los efectos y consecuencias que tienen en el cuerpo, por lo que decidió usar por algunos días uno de estos accesorios.
“Hace un año, subí algunos kilos. A pesar de que intenté con ejercicios de cardio, he sido incapaz de deshacerme de ellos. Así que, resignado, comencé a usar poleras y pantalones un poco más grandes para ocultarlo”, señaló Mathew.
“Fue en ese momento en que descubrí un rápido y sucio truco para lucir como si estuvieras a dieta: Spanx”, agregó, en alusión al producto que popularizaron las hermanas Kardashian.
Entonces a Mathew se le ocurrió una idea para poder volver a recuperar su antiguo físico. “¿Podrían estas Spanx, las que son publicitadas para mujeres, ayudarme a volver a entrar en mis antiguos jeans? Decidí descubrirlo”, aseveró.
Para esta misión, decidió seguir tres reglas principales: usarla debajo de la ropa de lunes a viernes, cada día se vestiría con ropas que solía usar pero que ahora no podía por su peso, y no le diría a sus colegas para ver si notarían alguna diferencia.
Desde el comienzo del plan, Mathew se sorprendería por las Spanx, y no por sus efectos precisamente. “Costaba 84 dólares (unos 56 mil pesos chilenos), lo que equivale a 10 veces lo que gasto en ropa interior!”, aseguró. Además, compró un Spanx para hombre.
Con ambos productos en mano, dio inicio a su experimento.
Lunes
A pesar de que se sintió bastante incómodo con este accesorio, admite que en un primer le pareció que surtió efecto, al menos visualmente.
De hecho, aseguró sentirse bastante bien, ya que a pesar de que en un primer momento pensó que no podría ponerse el Spanx, finalmente logró su objetivo.
Martes
En este segundo día, utilizó el Spanx para mujer. No sólo le resultó bastante más difícil de poner que el de hombre, sino que además fue más “incómodo”, tal como lo señala en la siguiente imagen.
Mathew Jedeikin
“Estos jeans negros solían ser uno de mis favoritos”, indicó respecto al pantalón que se puede ver en la imagen.
En la fotografía de la izquierda no está utilizando la faja, mientras que en la segunda sí.
Mathew Jedeikin
Junto con señalar que las idas al baño le estaban resultando sumamente incómodas, agregó que al final del día terminó con mucho calor y sed.
Miércoles
En este punto se dio cuenta de que tenía algunas camisas que, de hecho, podía usar sin la ayuda de una faja.
“Lo que me hizo sentir un poco tonto, ya que probablemente podría haberla usado durante todo este tiempo”, indicó.
En la imagen de la izquierda no está utilizando la faja, mientras que en la derecha sí.
Mathew Jedeikin
Jueves
Nuevamente corroboró que tenía poleras que podía usar sin la necesidad de recurrir a una faja. “No logré ver grandes diferencias” señaló.
En la imagen de la izquierda se puede ver a Mathew vestido sin la faja, mientras que en la de la derecha sí la está usando.
Mathew Jedeikin
Por su parte, ir al baño ya se estaba transformando en una tortura, al punto de que debía aguantarse bastante tiempo para ir lo menos posible.
Viernes
En este día Mathew optó por asistir al gimnasio utilizando la faja, decisión de la que por cierto se lamentaría rápidamente.
“Usar la faja en el gimnasio fue una MALA idea”, escribió en su Instagram.
Sacando en limpio…
Mathew corroboró que estas fajas pueden llegar a ser sumamente incómodas, aunque aclaró que en su caso, no se debió precisamente al presión que ejercían en su cuerpo, sino que más bien por los inconvenientes a la hora de ir al baño, además de provocar que sudara bastante.
Por su parte, sostuvo que no logró percibir mayores diferencias en su uso, agregando que “ninguna persona notó algo distinto en mi durante toda la semana”.
“Es probable que haya evidencia que respalde la afirmación de que las Spanx mejoren la postura, pero no creo que haya tenido efectos en mi durante esa semana. Tengo los mismos problemas en la espalda y hombros que tenía antes de usarlas”, añadió.
“¿Volveré a usar las Spanx otra vez? Si, probablemente. La próxima vez que deba ir a un matrimonio o un evento en el que quizás sea fotografiado. Pero nunca más me volverán a ver usándola para ir a trabajar”, aseveró como reflexión final.