Diálogo potente, texto ágil con sentido y actualidad aporta el dramaturgo estadounidense Cormac McCarthy, filtrado por la adaptación de Rafael Gumucio, que -sin excesos- aproxima la obra al habla chilena.
Aunque, paradojalmente, provoca una total incomunicación.
Y no sólo porque en “Sunset Limited” uno de ellos sea un controlado intelectual (interpretado por Marcelo Alonso) y el otro un tipo sin educación y espontáneo (encarnado por Roberto Farías).
Ni porque el profesor haya leído muchos libros, en los que apoyaba sus -ahora- debilitadas convicciones, mientras el ex convicto sólo la Biblia que repite de memoria.
La inutilidad del diálogo tampoco se debe a que el intelectual sea un desencantado de todo (“Sunset Limited” alude al ferrocarril a cuyo paso quiso lanzarse), ni a que el hombre modesto que lo impidió, dotado de una fe infinita, vea al profesor como puesto por Dios en su camino para salvarlo.

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Todo indica que esta conversación-discusión-confrontación fracasa porque ambos se sitúan radicalmente frente al otro, uno desde la crítica racional y sofisticada, el otro desde el dogma básico.
Cara a cara
Hábil como guionista, típico de los escritores estadounidenses (premios Faulkner, Pulitzer y la Beca Guggenheim), el autor lleva esta conversación, escrita en 2006, por temas significativos, cotidianos y vigentes para el ser humano.
Las expectativas vitales, la muerte, la fe, lo que se consigue y tiene valor real en la vida, la religiosidad, la felicidad.
Al ser una obra típica de texto en un ambiente naturalista -ese tantas veces despreciado por algunos creadores teatrales- la dirección de Álvaro Viguera se hace transparente.
Alrededor de lo conversado, instala miradas, pausas y silencios, como cuando alguien se agazapa para un nuevo salto, y perfila cada personaje a través de sus cuerpos: arrogante y rebuscado uno; rústico y desarmado el otro.

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La obra descansa en Roberto Farías. Con extraordinaria credibilidad, el actor le otorga a su personaje trazas de ex convicto y de nuevo predicador fanático.
En momentos agrega actitudes como de estar en trance, que se combinan con las del dueño de casa solícito que quiere atender lo mejor posible a su invitado, pese a las carencias.
La pobre pieza que habita, que incluye cocina y dormitorio (diseño integral de Ramón López) ayuda a crear un brutal contrapunto respecto de los temas que se discuten.

Leopoldo Pulgar
En ese espacio se acomoda con facilidad el modo de ser afectuoso, sencillo y lleno de humanidad del pastor, que incluso le cuenta historias carcelarias para mantener al profesor entretenido y a la mano… hasta el estallido.
Porque la violencia social latente o explícita, y la discriminación también flotan en este montaje a escala humana.
Leopoldo Pulgar Ibarra
Periodista
Teatro UC. Jorge Washington 26. Fono: 2205 5652. Miércoles a sábado, 20:00 horas. $8.000 entrada general; $5.000 adulto mayor; $4.000 miércoles popular. Hasta al 5 de septiembre (excepto 19 al 22 de agosto).