Alberto Mayol: “La DC, la Iglesia y el esfuerzo conservador”

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Dos rutas conservadoras se juegan hoy en Chile. Una está representada por el ala conservadora de la Iglesia chilena, vinculada al Opus Dei, los Legionarios de Cristo, la Parroquia del Bosque y simbolizada en la agenda histórica de Juan Pablo II (moral sexual, anticomunismo) y en la referencia del Cardenal Medina que sentenció “Iglesia hay una sola” en la década de los noventa, frase hecha para marcar a fuego la ruptura con la Iglesia progresista de Juan XXIII y el Cardenal Silva Henríquez. La premisa de esta Iglesia es la lógica del rebaño.

La otra ruta es la conservación del modelo económico, que organizó un régimen de acumulación de capital basado en la conversión de todos los bienes (fuesen sociales, culturales, políticos) en mercancías, relegando al Estado (y también a la sociedad) a un rol secundario. La premisa de los defensores del modelo es la de Thatcher: la sociedad no existe. Solo hay individuos que compiten.

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Dos rutas conservadoras se juegan hoy en Chile. Una está representada por el ala conservadora de la Iglesia chilena, vinculada al Opus Dei, los Legionarios de Cristo, la Parroquia del Bosque y simbolizada en la agenda histórica de Juan Pablo II (moral sexual, anticomunismo) y en la referencia del Cardenal Medina que sentenció “Iglesia hay una sola” en la década de los noventa, frase hecha para marcar a fuego la ruptura con la Iglesia progresista de Juan XXIII y el Cardenal Silva Henríquez. La premisa de esta Iglesia es la lógica del rebaño.

La otra ruta es la conservación del modelo económico, que organizó un régimen de acumulación de capital basado en la conversión de todos los bienes (fuesen sociales, culturales, políticos) en mercancías, relegando al Estado (y también a la sociedad) a un rol secundario. La premisa de los defensores del modelo es la de Thatcher: la sociedad no existe. Solo hay individuos que compiten.

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