Filarmónica de Santiago interpreta obras de Tchaikowsky, Borodín y del chileno Guillermo Rifo

Konstantin-Chudovsky- TMS 2013
Konstantin-Chudovsky- TMS 2013
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En el octavo concierto de la temporada internacional de la Orquesta Filarmónica de Santiago, su titular, el joven maestro ruso Konstatin Chudovsky, dirigirá una programación con obras de los compositores de su misma nacionalidad, Tchaikowsky y Borodin, y del chileno Guillermo Rifo, en una presentación que también incluirá la participación del talentoso pianista ruso, Alexei Volodin.

La programación, prevista para los días martes 19 y miércoles 20 de agosto, desde las 19 horas, tendrá el siguiente orden: Guillermo Rifo, Suite “Al sur del mundo”. Piotr Ilich Tchaikovsky, Marcha eslava en si bemol menor, op. 31 y Concierto fantasía en sol mayor, op. 56. Alexander Borodin, Sinfonía n.º 2 en si menor.

Reseña

En 1983 se emitió por primera vez una serie de documentales dedicados a la geografía, flora y fauna de Chile: se trataba de “Al sur del mundo”. Uno de los factores cruciales de su éxito fue la inolvidable banda sonora compuesta por Guillermo Rifo, fundador del Instituto Profesional Escuela Moderna de Música y propulsor de la fusión entre la música clásica y popular. En 1987, Rifo integró los principales temas del programa en la Suite “Al sur del mundo”, fiel reflejo de su credo conciliador y ciertamente uno de los clásicos de la música moderna chilena.

La Marcha eslava en si bemol menor, opus 31, de Piotr Ilich Tchaikowsky, también se inspira en la música popular. Compuesta a beneficio de los soldados serbios heridos tras el estallido de la Guerra Serbo-Turca en 1876, incorpora canciones folklóricas serbias y temas rusos—como el himno “Dios salve al Zar”—para describir la valerosa lucha del espíritu eslavo contra la tiranía.

El Concierto Fantasía en sol mayor, opus 56, también de Tchaikowsky, es sin duda una de las obras más originales del repertorio del compositor ruso. A medio camino entre un concierto a gran escala y una fantasía de un solo movimiento, este vivaz “híbrido” requiere especial virtuosismo del solista. La tarea ha sido encomendada a Alexei Volodín, alabado por su “fuerza y limpieza expresiva” en sus anteriores presentaciones en este mismo escenario.

Finalmente, se retorna al lenguaje folklórico con la Sinfonía n°2 en si menor, de Alexander Borodin. La obra rememora el pasado legendario de la vieja Rusia, un tiempo de bardos y guerreros, pero también de peligrosas amenazas. Es entonces, una patriótica alabanza a la fortaleza de estos héroes, cuya entereza e integridad defendieron a Rusia y forjaron la identidad de su pueblo.

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En el octavo concierto de la temporada internacional de la Orquesta Filarmónica de Santiago, su titular, el joven maestro ruso Konstatin Chudovsky, dirigirá una programación con obras de los compositores de su misma nacionalidad, Tchaikowsky y Borodin, y del chileno Guillermo Rifo, en una presentación que también incluirá la participación del talentoso pianista ruso, Alexei Volodin.

La programación, prevista para los días martes 19 y miércoles 20 de agosto, desde las 19 horas, tendrá el siguiente orden: Guillermo Rifo, Suite “Al sur del mundo”. Piotr Ilich Tchaikovsky, Marcha eslava en si bemol menor, op. 31 y Concierto fantasía en sol mayor, op. 56. Alexander Borodin, Sinfonía n.º 2 en si menor.

Reseña

En 1983 se emitió por primera vez una serie de documentales dedicados a la geografía, flora y fauna de Chile: se trataba de “Al sur del mundo”. Uno de los factores cruciales de su éxito fue la inolvidable banda sonora compuesta por Guillermo Rifo, fundador del Instituto Profesional Escuela Moderna de Música y propulsor de la fusión entre la música clásica y popular. En 1987, Rifo integró los principales temas del programa en la Suite “Al sur del mundo”, fiel reflejo de su credo conciliador y ciertamente uno de los clásicos de la música moderna chilena.

La Marcha eslava en si bemol menor, opus 31, de Piotr Ilich Tchaikowsky, también se inspira en la música popular. Compuesta a beneficio de los soldados serbios heridos tras el estallido de la Guerra Serbo-Turca en 1876, incorpora canciones folklóricas serbias y temas rusos—como el himno “Dios salve al Zar”—para describir la valerosa lucha del espíritu eslavo contra la tiranía.

El Concierto Fantasía en sol mayor, opus 56, también de Tchaikowsky, es sin duda una de las obras más originales del repertorio del compositor ruso. A medio camino entre un concierto a gran escala y una fantasía de un solo movimiento, este vivaz “híbrido” requiere especial virtuosismo del solista. La tarea ha sido encomendada a Alexei Volodín, alabado por su “fuerza y limpieza expresiva” en sus anteriores presentaciones en este mismo escenario.

Finalmente, se retorna al lenguaje folklórico con la Sinfonía n°2 en si menor, de Alexander Borodin. La obra rememora el pasado legendario de la vieja Rusia, un tiempo de bardos y guerreros, pero también de peligrosas amenazas. Es entonces, una patriótica alabanza a la fortaleza de estos héroes, cuya entereza e integridad defendieron a Rusia y forjaron la identidad de su pueblo.