Presidencia de Venezuela

La lógica y la política: ¿cómo una denunciada Venezuela logra asiento en Consejo de DDHH de la ONU?

17 octubre 2019 | 23:31

Cuando hablamos del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, es fundamental saber que fue creado el 15 de marzo de 2006, lo conforman 47 estados miembros y tiene como objetivo, ser “un órgano fundamentalmente político con un amplio mandato en materia de derechos humanos, y un foro con la facultad de impedir los abusos, la desigualdad y la discriminación, proteger a los más vulnerables y denunciar a los perpetradores”.

Todo bien, hasta esa descripción. Luego, surgen las interrogantes de cómo un país como Venezuela se agenció una silla en este organismo, si pesan sobre su gobierno denuncias de reiteradas violaciones a los derechos humanos de los venezolanos que no están de acuerdo con el denomimado régimen de Nicolás Maduro.

A lo anterior, se suma el informe de la Alta Comisionada de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, quien presentó en julio pasado las evidencias sobre lo ocurrido en ese país suramericano, a manos del madurismo.

¿Está el Consejo de Derechos Humanos por sobre la Oficina de Alta Comisionada?

Otra de las interrogantes que surge, casi por inercia, es si la oficina de Bachelet está subordinada al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Cuando la chilena, a cargo de la OACDH, reveló el reporte escrito evidenciando numerosas violaciones a los venezolanos por parte del Gobierno de ese país, la polémica entre ambas partes creció como reguero de pólvora.

Sin embargo y con base a los estatutos de funcionamiento de ambas instancias dentro de Naciones Unidas, el trabajo en terreno no es, ni fue determinante para impedir que Maduro obtuviera su representación en el Consejo de Derechos Humanos, por más irónico que resulte.

Gobierno de Venezuela

“El Consejo de Derechos Humanos es un órgano completamente independiente de la OACDH, la cual forma parte de la Secretaría de las Naciones Unidas y responde ante el Secretario General. “La OACDH presta apoyo técnico, sustantivo y de secretaría al Consejo”, reza una descripción en el sitio oficial de esta oficina.

Por lo anterior, queda claro que la oficina coordinada por Bachelet presta apoyo técnico y logístico a naciones, cuyos gobiernos hayan sido señalados por organizaciones no gubernamentales, u otros ciudadanos, de violar los derechos humanos de un determinado pueblo con políticas públicas o represivas.

Ninguno de los dos organismos está por encima del otro, pero su falta de coordinación, da una idea de lo ocurrido ayer en la votación con la que Venezuela obtuvo 105 votos a favor, Costa Rica se quedó fuera al conseguir 96 y Brasil se agenció una silla con 153 votos.

¿Por qué votar a favor de Venezuela y no de Costa Rica?

Cuando los medios de comunicación a nivel mundial informaban de la votación en Naciones Unidas, además de mencionar el informe de Bachelet sobre Venezuela, hablaban de las reacciones políticas por este suceso que tomó por sorpresa a la lógica.

Chile estaba entre los primeros países que se pronunció en contra de la decisión.

Costa Rica, país que se presentó a la votación para impedir que Venezuela tuviera un puesto en representación de Latinoamerica, es uno de los más citados ante los resultados de la votación. Después de todo, no pudo imponerse por tan solo 9 votos.

El presidente costarricense Carlos Alvarado, secundó la reacción chilena al resultado de la jornada, destacando el apoyo masivo a su país.

Si bien es cierto, en la reciente Cumbre de la ONU, Costa Rica se agenció el premio “Campeones de la Tierra 2019”, por su papel en la protección de la naturaleza y su compromiso contra el cambio climático, el apoyo internacional dentro de la ONU, no se basa en ese tipo de acciones. Los aspectos políticos o intereses económicos que hacen interceder a naciones más poderosas, en favor de otras, sí.

En Europa, donde el tema del día era el Brexit, medios como abc.es hicieron una pausa para sumarse al asombro y detallar que, tanto China como Rusia, tienen una cuota alta de responsabilidad a la hora de facilitar el asiento al gobierno venezolano en este consejo.

En medio del tira y encoge que el tema de Venezuela y las violaciones a los derechos humanos han generado en la ONU, el apoyo de Moscú ha sido efectivo, como también la recepeción de toneladas de oro desde las reservas venezolanas.

Figuran también los convenios que Rusia ha suscrito con Caracas para proveer “contratos de apoyo, asesoría y avance en el aspecto técnico militar”, entre otras salvaguardas económicas que Putin ha establecido, debido al bloqueo impuesto por EEUU al régimen de Maduro.

Evidentemente, Costa Rica queda fuera de la ecuación política, si se considera además los acuerdos petroleros que Venezuela tiene con las naciones que han dado su apoyo para formar parte del Consejo de Derechos Humanos.

Bolivia, Nicaragua y Cuba, siempre bajo la línea de empuje al madurismo, se sumaron a la votación a favor, algo que no resulta para nada sorpresivo.

Twitter / @cancilleriaVE

La reforma de Kofi Annan que hoy beneficia a Venezuela

En el 2006 Kofi Annan lideraba la ONU y promovió la creación del Consejo de Derechos Humanos, un organismo que reemplazaba a la Comisión de Derechos Humanos, la cual había sido instaurada en 1946.

El entonces secretario creía que la comisión estaba sufriendo “una disminución de la credibilidad y el profesionalismo” y necesitaba una gran reforma.

Bajo el título “Un concepto más amplio de la libertad”, los cambios dieron paso a que naciones que estaban siendo señaladas por violaciones a los derechos humanos, tuvieran la posibilidad (vía votación) de integrar el nuevo consejo.

De hecho, y como anticipándose al revuelo generado por la votación de ayer, el equipo de prensa del organismo mundial, servía dos días antes, la guía: Cinco cosas que necesita saber sobre el Consejo de Derechos Humanos.

Lo anterior, implica y ratifica que, ni el informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ni las múltiples denuncias contra Maduro de organizaciones civiles a nivel mundial o los reportes de medios de prensa, han detenido la asunción del cuestionado gobierno a este consejo.

La elección, para aclarar tecnicismos, estuvo a cargo de los 193 Estados miembros de la ONU en una asamblea general. Estados Unidos se retiró del Consejo de DD.HH el año pasado, tras asegurar: “Nuestro compromiso no nos permite seguir siendo parte de una organización hipócrita y centrada en sí misma que hace una burla de los derechos humanos”.

Annan, estaba convencido de la reforma, tomando en cuenta “las divisiones de grupos geográficos y las asignaciones de asientos buscan evitar un enfoque desproporcionado en solo un puñado de regiones y países, y garantizar que cada país tenga la oportunidad de una consideración justa”.

Para las 96 naciones que votaron en contra de la decisión de llevar a Venezuela a formar parte del Consejo de Derechos Humanos, la enmienda o legado de Kofi Annan, jugó (indirectamente) en contra del orden y la lógica mundial.

Al parecer, en la guerra, en el amor y en la política de la ONU, casi todo se vale.

ONU / Manuel Elías