No logró el oro, pero se ganó al mundo del deporte. La estadounidense Simone Biles volvió a competir en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en la final de Viga de la Gimnasia Artística femenina.

La norteamericana, que se había restado de la lucha por el primer lugar en el all-around individual y por equipos, además de la de salto, de barras asimétricas y de suelo, no defraudó en su regreso a la actividad.

Y, si bien Biles fue superada en la clasificatoria por las chinas Xijing Tang y Chenchen Guan, que se quedaron con la plata y el oro respectivamente, hubo un momento de la rutina que cautivó a los fanáticos del deporte.

Fue al final de su presentación, cuando tras pisar el suelo, Simone regaló una sonrisa que no pasó desapercibida entre quienes seguían la competencia.

Para muchos fanáticos y expertos en gimnasia fue el reflejo de que la lucha de Biles con su salud mental se había cargado a favor de la atleta, luego del revuelo que significó su marginación de las otras cinco finales que pudo disputar.