Los nombres de Mirko Jozic y Marcelo Bielsa son históricos en el fútbol chileno y han generado una gran revolución en el país. En la época donde el entrenador yugoslavo ganaba todo con Colo Colo, incluida la Copa Libertadores en 1991, el ‘Loco’ recién se encontraba haciendo sus primeras armas como estratega en Newell’s Old Boys.

Justamente, durante aquel periodo y tras seguir desde Argentina la campaña del ‘Cacique’, se produjo un curioso encuentro entre ambos. El ayudante técnico de Jozic así lo reveló en una conversación con el medio colocolino, Dale Albo.

Eddio Inostroza señaló que durante una concentración en un hotel de Santiago, Mirko le explicó que un muchacho quería conversar con ello y tras proceder al encuentro, el ex futbolista nacional contó que se trataba de Bielsa.

“Se paró y saludó caballerosamente. Venía a conversar con Mirko. Tenía una libreta y un lápiz modesto. Tomaba nota y con un respeto a la persona total, hacía sus preguntas. Fue una cuestión genial”, contó el ex asistente técnico.

Inostroza también recordó los temas tratados en esa conversación en donde él, se sentía maravillado con la elocuencia del rosarino, quien en ningún momento fue “atropellador”, según propias palabras del chileno.

“Le tocó todos los temas del fútbol, de la vida, del país y del conflicto en Yugoslavia. Eran preguntas precisas sobre el fútbol chileno; su pensamiento, los sistemas, lo que encontró en Colo Colo y si había variables de los partidos. Era un tipo que expresaba respeto. Ahí se encontraron dos genios y yo, era el guion”, manifestó.

A pesar de atribuirle al ‘Loco’ influencias de Jorge Griffa, durante su carrera,Marcelo también demostró cierta cercanía a los métodos utilizados por Mirko Jozic. Métodos que se basaban en el protagonismo y nunca anteponer las figuras por sobre el equipo.

En la época donde la línea de cuatro defensores era sagrada en el fútbol argentino, fue Marcelo Bielsa quien se atrevió a innovar con una revolucionaria línea de tres muy similar a la usada por el yugoslavo con los ‘albos’. Una formación que volvió a replicar con la Selección Chilena y que le valió clasificar al Mundial de Sudáfrica 2010.