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Bárbara Sepúlveda (PC) a la derecha que acusa exclusión en la CC: "Les falta autocrítica"

Sábado 26 febrero de 2022 | 07:00

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Edición: Jaime Silva

La convencional Bárbara Sepúlveda (PC) -en conversación con BioBioChile- se mostró optimista sobre el trabajo de la convención en esta primera etapa y por lo que se viene en los próximos meses. A su vez, respondió a las críticas que han recibido desde ciertos sectores, tanto político como académico, descartando una falta de moderación en el órgano. A las voces que hablan de exclusión, desde la derecha, les indica que les falta "autocrítica" y centrarse en proponer.

“Creo que hemos avanzado mucho”, es una de las primeras ideas que plantea la convencional Bárbara Sepúlveda (Partido Comunista) al abordar el trabajo que ha tenido la convención constitucional desde su funcionamiento en julio pasado.

La vicepresidenta adjunta del órgano constituyente además se refirió a importantes acuerdos como el del consejo territorial, el cual calificó como “satisfactorio para todos los sectores”.

Junto con responder a las críticas que recibió por votar en contra de las asambleas legislativas regionales, la abogada manifestó que a aquellos convencionales de derecha que han señalado sentirse excluidos les falta “autocrítica”.

“Están sujetos al juego democrático igual que todos los demás”, puntualizó, añadiendo que “no es cierto que a los sectores de izquierda se les apruebe todo, todo el tiempo”.

Por su parte, lanzó una crítica al actual gobierno de Sebastián Piñera, acusando poca colaboración hacia el trabajo de la convención.

Evaluación de la convención

-¿Cuál es la evaluación del trabajo de la convención constitucional en esta primera parte?

Ya estamos enfrentando la segunda y última etapa que evidentemente es radicalmente distinta a la etapa anterior, que era una etapa de instalación, de la fijación de las reglas del funcionamiento. Y hoy día lo que estamos enfrentando es precisamente lo que toda la ciudadanía está esperando, que es el debate constitucional para crear las normas que van a ser parte de la nueva constitución.

En ese sentido, creo que hemos avanzado mucho, me parece que tenemos además muy grandes acuerdos, una cuestión que quizás muchos sectores no esperaban, o estaban escépticos, especialmente por alcanzar esos 2/3, lo que significa que el diálogo y el debate que trajo las comisiones están dando frutos.

En algunos casos se ha visto cómo el mismo Pleno modera ciertos asuntos, ciertas reacciones y expectativas de algunas comisiones que obviamente, por el mismo trabajo constituyente y la misma dinámica que se da muchas veces por la confluencia de intereses en ciertas comisiones, se puede encapsular lo que ha forzado yo creo en los últimos informes a abrir las comisiones a las distintas posturas de los colectivos políticos y también de las otras comisiones, porque todo esto se tiene que dialogar. Una constitución es un cuerpo orgánico que evidentemente se comunica de forma interna y no puede tener disonancias tan grandes como quizás las que se han propuesto por algunas comisiones.

-¿Cómo ve el cronograma del órgano? ¿Siente que corren contra el tiempo?

El cronograma evidentemente es muy apretado, pero es algo que nosotros como Mesa hemos dicho que vamos a respetar. Es un cronograma establecido previo al surgimiento de la convención, no es un plazo que nosotros mismos nos hayamos dado y por lo tanto, por supuesto que pueden haber críticas sobre si efectivamente era factible o plausible hacer una constitución en poco tiempo.

Yo creo que eso siempre se supo, desde un inicio, que un año era un tiempo bastante apretado pero hoy día lo que estamos haciendo es tratar de hacer todos los ajustes administrativos para que este tiempo se cumpla.

Consejo territorial

-¿Cuáles son sus sensaciones luego del acuerdo entre partidos de izquierda y centro izquierda para reemplazar al Senado por un consejo territorial?

Yo creo que es un acuerdo satisfactorio para todos los sectores, precisamente porque nadie alcanza el 100% de su postura, es decir, todos los colectivos tuvieron que ceder en algo. Efectivamente yo pienso que es un acuerdo que obedece a poder solucionar preocupaciones políticas que existían en torno a las dos posturas iniciales, la idea de tener un unicameralismo o bicameralismo, y los problemas que presentaban ambos sistemas.

Habiendo hecho un diagnóstico de lo bueno y de lo deficiente que podría presentar cualquiera de esas dos posturas, yo creo que lo que buscamos fue llegar a un punto medio que permitiera, por ejemplo, la representatividad de las regiones pero mantiene principalmente el quehacer legislativo en una cámara política.

En ese sentido, el consejo territorial pasa a ser un órgano que era necesario, precisamente para esa representación territorial, representación que podría haberse visto mermada en un órgano unicameral y que hoy día además las demandas de las regiones en este nuevo estado regional también nos llamaba a pensar un diseño que los incorporara definitivamente en el quehacer legislativo sobre aquellas normas que las van a afectar directamente.

En ese sentido, también discutimos la posibilidad que finalmente quedó acordada de que incluso participaran en la definición del presupuesto nacional, y sobre eso lo que se diluye es la posibilidad de que las asambleas territoriales que fueron propuestas por la comisión de Forma de Estado terminan siendo legislativas. Eso es casi improbable que suceda. Yo creo que definitivamente van a tener alguna potestad normativa, pero que esa potestad normativa van a ser básicamente los reglamentos, que es una cuestión bastante importante pero definitivamente no son ley.

Haber reconocido esa atribución legislativa habría quizás generado un estado federal de facto y las definiciones que se pueden haber tomado a nivel territorial podrían haber sido incluso discordantes con las de otros territorios y por lo tanto haber generado conflictos de otro tipo, que ya no son sólo normativos sino que incluso podrían haber sido políticos.

Para poder dar cuenta de esa preocupación de las regiones, de no estar lo suficientemente representadas, y al mismo tiempo darle una potestad normativa importante, entonces te lleva a ese consenso donde se crea el consejo territorial que va a ser uno, no uno por cada región, pero van a existir asambleas regionales con potestad reglamentaria, y ese es el fruto de una conversación que además tuvimos también con la comisión de forma de Estado. Esta definición fue tomada por nosotros de forma consensuada por todos los partidos y movimientos políticos que están representados en la comisión de Forma de Estado.

Críticas por “centralista”

-Usted recibió críticas por votar en contra de las asambleas legislativas regionales. Algunos la llamaron “centralista”.

Yo creo que es una caricatura que se utilizó por algunos sectores. Yo no creo que nadie que haya sido crítico en su momento sobre ciertas posturas que estaba tomando la comisión de Forma de Estado sean necesariamente centralista, yo creo que es una falsa dicotomía.

Es totalmente válido que tengamos diferentes posturas sobre cómo efectuar la regionalización, que es algo en lo que todos estamos de acuerdo. Yo creo que de izquierda o derecha, en la convención constitucional todos sabemos que Chile tiene un excesivo centralismo.

Oponerse a ciertos asuntos como la legislación especial regional no implica ser centralista, y esa es la postura que yo defendí, especialmente porque creo que los grandes problemas que tiene nuestro país pasan principalmente por una falta de redistribución de la riqueza, por una desigualdad económica que no se va a solucionar simplemente con tener más decisiones a nivel local. Yo creo que pasa por otras decisiones y por eso mismo también hemos propuesto que este consejo territorial tenga incidencia en la definición del presupuesto nacional.

La exclusión que acusa la derecha

-¿Qué le diría a aquellos personeros de derecha que en el último tiempo han manifestado sentirse excluidos en el trabajo del órgano constitucional? ¿Cómo toma estas críticas que han deslizado miembros de este sector?

Yo creo que a esa crítica le falta autocrítica.

-¿En qué sentido?

El sector de la derecha trata de disfrazar una diferencia política legítima que podemos tener dentro de la convención, con las posturas que ellos representan y defienden. Tratan de disfrazar esa diferencia política, en la cual de repente en algunas comisiones no se aceptan o se votan en contra de sus propuestas, las que incluso pueden ser deficientes.

Sus propuestas pueden ir en contra muchas veces de lo que también se está discutiendo, y por lo tanto están sujetos al juego democrático igual que todos los demás. No es cierto que a los sectores de izquierda se les apruebe todo, todo el tiempo. De hecho, los últimos plenos lo han demostrado.

Yo creo que tenemos legítimas diferencias políticas y que la derecha victimizándose, diciendo que están excluidos o que les votan todo en contra simplemente porque son de derecha, es falso y ellos lo saben. Tienen representación en la Mesa, tienen participación en todas las comisiones, tienen tiempo para expresarse igual que los demás.

Presentan sus artículos, sus indicaciones, sus posturas y además han tenido durante siete meses una actitud bastante beligerante en contra de la convención y aún así no lo han aceptado. Por eso creo que más que crítica, lo que a ellos les falta es precisamente una visión autocrítica y, hoy día, centrarse en proponer.

Seguir quejándose en los medios de que no son escuchados o que les votan sus propuestas en contra, es simplemente seguir perpetuando esta caricatura que ellos mismos han generado sobre sus propios correctivos políticos de que finalmente no aportan sino que solamente van a obstaculizar. Y en ese sentido, si bien algunas personas de derecha han cambiado su actitud, creo que se trata de voluntad política y de cómo ellos buscan incidir porque pueden hacerlo, al igual que cualquier otro dentro de la convención.

Amarillos por Chile

-El movimiento Amarillos por Chile ha señalado que muchas de las propuestas que emanaban de las comisiones temáticas, y algunas de las que están alcanzando los 2/3 en el pleno, están encendiendo la señal de alerta entre quienes no quieren “la deconstrucción de Chile, ni su desmembramiento, ni su refundación desde cero”.

Creo que tienen una visión muy sesgada de lo que, primero, se está proponiendo, y segundo, del mismo quehacer de la convención. Este grupo, claramente muy representativo de un sector de la ex Concertación, hoy día tiene una mirada crítica como cualquiera podría tenerla sobre cualquier proceso democrático. Pero tratar de disfrazar la defensa de sus propios intereses como un argumento de falta de democracia o de falta de diálogo, me parece deshonesto intelectualmente y deshonesto políticamente.

Lo que pasó efectivamente es que si ellos no se sienten representados por algunas posturas o por las mismas personas que hoy día componen la convención, tiene que ver con su propio fracaso político y el no haber sido capaces de poder ganar elecciones con sus propios representantes, porque también los tuvieron y efectivamente fueron a competir y perdieron. En ese sentido, parece más bien una pataleta que una postura crítica seria o que contribuya al debate.

-Además de Amarillos por Chile, un grupo de académicos -entre ellos María Teresa Ruiz- publicó una carta en la que hacen un llamado a la moderación en la convención. A ellos se suma José Maza, quien deslizo una crítica al trabajo del órgano. ¿Le da validez a esta postura o cree que está sobrerrepresentada por los medios, como plantean algunos?

Yo creo que es una falsa discusión que exista esta falta de moderación. Lo que hemos visto en la convención constitucional es precisamente el respeto y los acuerdos alcanzados por un supra quorum que es tremendamente complejo de alcanzar. Y si se ha alcanzado este supra quorum en las distintas votaciones que se han dado, eso significa que hay una representación que ha pasado por muchos más sectores que lo que aquí se intenta caricaturizar como si fuera una hegemonía de los sectores de la izquierda.

Para poder alcanzar los 103 votos eso tiene que pasar hasta por los mismos sectores de la ex Concertación, así que en ese sentido yo creo que esos llamados son una tergiversación de lo que está ocurriendo precisamente porque hay sectores preocupados de la defensa de sus propios intereses. Mucho de ello tiene que ver también con su propia comodidad, son sectores que componen la élite política y económica de nuestro país y que sabíamos, y siempre supimos, que se ven mucho más beneficiados por el status quo que por cambios o transformaciones que puedan beneficiar a las grandes mayorías del país.

En ese sentido, era evidente que iban a existir reclamos, más allá de si esos son sectores políticos o intelectuales. Me parece que representan a esa misma élite de todas maneras, y está bien que opinen, todas las opiniones son bienvenidas. Simplemente yo les haría un llamado a hacer un poco más autocríticos en ese sentido si son esos mismos sectores que jugaron al juego democrático, fueron a las elecciones, han ido a todas las últimas elecciones, incluso para la convención constitucional. Y si no tuvieron la representación necesaria entonces deben examinar sus propias prácticas políticas, sus formas de política. Las mismas ideas que han defendido a mí me parece que muchas están muy obsoletas, y sobre eso creo que se instala una tergiversación.

Nuevo gobierno de Boric

-¿Cuáles son sus expectativas sobre el nuevo gobierno de Gabriel Boric, considerando el trabajo que deberá realizar en paralelo al funcionamiento de la convención?

Yo espero la colaboración que no existió con el gobierno de Sebastián Piñera. Me parece que es lo mínimo que alguien podría esperar para el funcionamiento de un órgano democrático, que es lo mínimo que no cumplió el gobierno actual. En ese sentido, toda la colaboración, ayuda, respeto por la autonomía de la convención, me parece que sería una tremenda noticia y muy bienvenida.

-Cuando habla de la falta de colaboración en el gobierno de Sebastián Piñera, ¿qué se podría haber hecho diferente?

Yo creo que la lista es larga. Desde el día uno de la instalación de la convención hasta los últimos meses en torno a ciertas actividades de dicho órgano, la colaboración ha sido poca o nada. Yo creo que en algún momento incluso el mismo funcionamiento de la Segpres (Secretaría General de la Presidencia) en torno a la Convención Constitucional, la toma de decisiones de la Segpres sobre la convención, los problemas con las contrataciones, los problemas con las necesidades que tenía de funcionamiento la convención, desde cuestiones tecnológicas, espacios.

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Hemos tenido un montón de problemas. La Mesa anterior dio cuenta de ese gran listado, hoy día tenemos una colaboración quizás un poco más fluida en torno al proceso de la consulta indígena pero sigue siendo deficiente y además yo creo que llega bastante tarde. Por eso creo que cualquier colaboración y buena disposición que se tenga por parte del nuevo gobierno va a ser tremendamente bienvenida, porque es bastante desgastante tener que prácticamente estar constantemente repitiendo las solicitudes de colaboración o de cooperación con ciertas cuestiones que finalmente tienen que ver con el futuro del país, y no es una defensa de trincheras como quizás lo malinterpretó el presidente Piñera.

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