Diego Herrera

Imputado "celópata y agresivo": los testimonios reservados tras homicidio de joven DJ en Concepción

09 agosto 2022 | 07:01

La Unidad de Investigación de BioBioChile accedió a testimonios reservados de quienes conocieron de cerca a Diego Herrera, joven DJ de Concepción asesinado a sangre fría a las afueras de un bar local. Los relatos revelan el carácter agresivo del único detenido por el crimen y las últimas horas de la víctima. Un triángulo amoroso, ataques de celos, amenazas y golpes a su expareja marcan el círculo que rodean un homicidio que -según fiscalía- pudo ser planificado. Los nombres de los involucrados fueron cambiados por orden del tribunal.

—Como a las 12 de la noche me junté con Emilio a estudiar y le mostré algo de mi teléfono. Él se metió a ver mis conversaciones y vio una que tuve con una amiga hablando de haberme besado con Diego. En ese momento entró en ira, me lanzó contra la pared, me tiró el pelo, me insultó diciéndome “maraca, das asco”. Me dio un manotazo en la mejilla. Luego se encerró en el baño y le escribió a Diego, haciéndose pasar por mí.

Este es parte de uno de los testimonios recopilados hasta la fecha por el Ministerio Público en la investigación de Diego Herrera, el DJ de 27 años asesinado a la salida de una disco en Concepción. En específico, se trata de la expareja de Emilio, Camila, quien relató los siete años de relación que vivió junto a él, quien hoy es sindicado como el homicida.

En los testimonios que hoy son parte de la carpeta investigativa -y a los que accedió la Unidad de Investigación de BioBioChile-, también se reviven los últimos minutos de Diego con vida.

Por ahora, fiscalía ordenó al Juzgado de Garantía de Concepción revisar el tráfico de llamadas de Emilio, Camila y Diego para determinar si el homicidio tuvo una eventual preparación.

Esta diligencia fue debido al testimonio que entregó la expolola del imputado donde detalló las amenazas y violencia que vivió mientras comenzaba una nueva relación con Diego.

“Me decía que era una maraca”

Camila tiene 22 años. Conoció a Emilio en 2015 y fue su polola por casi siete. Entre febrero y diciembre de 2020 convivió con él en el departamento del padre de este que quedaba a tres cuadras de su casa.

Al año siguiente, en octubre, conoció a Diego por Instagram. Según su declaración entregada a fiscalía, solo mantuvieron una amistad porque todavía seguía pololeando con Emilio, pero apreciaba ciertas intenciones amorosas que hasta ahí, no eran correspondidas.

En su relato entregada 11 días después del homicidio, afirma que el 10 de diciembre de 2021 terminó con Emilio. Una semana después lo bloqueó, dejaron de hablar y de verse. Asegura que se enteró de una infidelidad pero por dependencia emocional no terminó antes. Aunque su contacto no concluyó definitivamente porque como estudiaban en la misma universidad, Emilio le habló por la aplicación de la casa de estudios.

—Nuestra relación fue tan larga que yo me transformé como en una especie de ‘mamá’ de él (Emilio), cuidándolo de todo —versa su declaración ante el fiscal Andrés Barahona Urzua— Yo le respondía por cariño, por amistad, pero lo empecé a notar cada día más obsesionado de tenerme como pareja. Le daban ataques de celos, era muy posesivo. Siempre fue así. A veces yo subía fotos a Instagram y si me veía bien, él al verlas me insultaba y me decía garabatos, que era una maraca, una suelta.

Entre enero y febrero de este año Emilio se fue a Santiago para realizar su práctica. Viajaba los fines de semana a Concepción. A esa fecha, ella ya había tenido un acercamiento amoroso con Diego, aunque Camila cuenta que seguía viéndose con su ex:

—Me escribía pidiendo juntarnos, y nos juntábamos, pero siempre como amigos y también a veces nos besábamos pero nunca estableciendo un nuevo pololeo. Le decía que ambos teníamos que sanarnos de nuestros problemas, como las infidelidades, inseguridades, violencia física y verbal de su parte y física de mi parte. De hecho cuando terminé con él había empezado a ir al psicólogo.

Las personalidades de infancia

En la declaración que entregó la expareja del único imputado por el homicidio, no solo habla de los siete años de relación que mantuvieron, sino que también describe la personalidad de Emilio y su reacción frente a ciertas situaciones. Ejemplos simples como si alguien lo pasaba a llevar en la calle respondía agresivamente.

—Siempre estuvo con problemas de violencia. Estuvo en el psicólogo. Era bueno para pelear en las fiestas y muy peleador desde muy niño. Su papá era muy agresivo también. No sé su diagnóstico, pero sé que tomaba escitalopram (antidepresivo). Cuando no se lo tomaba se notaba su actitud agresiva. Creo que todo comenzó una vez que él le pegó al papá como a los 17 años.

Cuando se conocieron, Camila recuerda que su entonces pareja venía de un ambiente destructivo: consumía cocaína y pastillas. Según sus palabras, no era drogadicto, pero cada vez que salía con amigos ingería algún estupefaciente.

—Sé que le gustaba ver videos de armas de fuego, pero al menos yo nunca lo vi con un arma. Sin embargo, probablemente tenía o alguna vez tomó una.

En más de una ocasión le pidió ayuda a su familia para que resolvieran sus problemas de agresividad, pero a cambio solo obtenía un “lo veremos”, que nunca se concretaba. De hecho, la madre de Emilio le exigió que no estuviera con nadie más hasta que mejorara, cuenta.

—Emilio tenía un problema aún peor. Tenía una personalidad muy egoísta, de tipo narcisista. Solo pensaba en él… eso se demostraba en todo. Era muy winner, muy picota; nunca sabía perder y además era como celópata. Una vez de puros celos me rompió un short que me había comprado para el gimnasio.

A fines de junio Camila decidió terminar definitivamente. El 7 de julio Diego la volvió a contactar.

—Yo le dije que mi ex era complicado pero él (Diego) dijo que no nos preocupáramos. En el fondo, también si yo eliminaba totalmente a Emilio de mi vida yo tenía de verdad mucho temor de que hiciera algo al perro, a mí, a sí mismo o a otras personas. Pese a eso, con cierto temor por todo eso igual nos juntamos con Diego. El 9 de julio me besé en público con Diego.

Después del encuentro

Al día siguiente se juntó con Emilio para estudiar a la medianoche. Le vio unas conversaciones con una amiga que hablaban del beso con Diego. La insultó, le pegó y se hizo pasar por ella en su chat, sostiene. No era la primera vez que la golpeaba, asevera. Después la echó del departamento y le dijo que no quería seguir con ella.

Esa noche la volvió a llamar y la amenazó diciéndole que tenía que seguir con él. Le advirtió que iba a matar a su perro y a él mismo. Además, negó haberla golpeado.

Cinco días antes de la muerte de Diego, tenía 80 llamadas perdidas de él, sostiene. Camila confesó que la única vez que le respondió estaba agitado, casi jadeando.

—El 19 de julio fue personalmente a mi casa y me amenazó de que si no le mostraba mis conversaciones me iba a matar a mí, al perro y a él mismo. Accedí a mostrarle mi celular. Se calmó y se fue.

El 20 de julio iba a publicar por redes sociales todo lo que había vivido durante esos siete años.

—Comencé a escribir en un borrador de notas, eran como las tres de la mañana y seguía escribiendo… y me empecé a sentir mal, presentí algo malo y me metí a ver Instagram y veo una historia de que no iba a hacer un concierto Diego por fuerza mayor. Le escribí a Diego, le pregunté si estaba bien pero no me respondió. Un amigo me comentó que le dispararon y falleció.

Camila cierra su declaración.

Una relación tóxica

Dentro de los otros testimonios recogidos hasta la fecha por el Ministerio Público, está el de Alonso (23), quien conoce a Emilio desde 6° básico y también a Diego.

La noche que le dispararon estaba en Bar Reunión, aunque asevera que no vio nada extraño porque estaba bailando y “pasado de copas”. Sí recuerda que se juntó con Emilio y amigos de él. Incluso vio cómo bailaba con otras mujeres y se divertía.

Dos meses atrás, según su relato, Emilio le comentó que Camila lo había engañado con el joven DJ.

—Yo le dije que por qué se preocupaba si había terminado con ella. Una relación tóxica que ni él ni ella podían terminar. Desde afuera se veían comportamientos entre ellos de constantes desavenencias, como especies de peleas de matrimonio. A veces estaban bien eso sí —declaró a 13 días del homicidio.

Haciendo alusión a esa noche testifica que estaba borracho cerca de las 3:00 am, pero intuyó que algo malo estaba pasando. Según su versión entró en pánico y huyó a un after, otra fiesta.

—Como a las 4:27 me llamó Emilio y le colgué. Estaba bloqueado por emociones encontradas. Luego me llegó un mensaje preguntándome si había muerto Diego. Me preguntó como veinte veces y le contesté como veinte veces. ¡¿Cómo me viene a preguntar a mí?! si podía haberlo averiguado con cualquier persona.

Luego de responderle le escribe el último mensaje que decía: “fue un gusto ser tu amigo… ya era”. A la semana siguiente borró todos los mensajes y pidió ayuda psicológica.

Diligencias pendientes

Las últimas dos declaraciones recrean los últimos minutos con vida de Diego. El mismo día que le dispararon, a las 5:55, Miguel testificó ante la Brigada de Homicidios. Explicó que a eso de las 3:05 estaban peleando y los guardias sacaron a Emilio del bar. Diego le mostró su polera rajada mientras intenta salir diciendo: “este hueón le pega a la mina”. Después Diego recibió el disparo.

—Yo salía siempre con él y nunca tuvo problemas con alguien. Sí puedo señalar, que hace como tres semanas, después de que Diego puso música en un lugar y mientras estábamos en un Copec esperando un Uber, Diego me contó que mantenía contacto con una chica, a quien conocía hace un tiempo, se juntaban en algunas ocasiones, pero que esta chica tenía problemas, no recuerdo si dijo que era su expololo o pololo —manifestó a la PDI esa noche.

El último testigo fue Antonio, quien no conocía a Diego y como previamente dio a conocer la Unidad de Investigación, detalló los hechos hasta que lo dejó en el hospital junto a sus amigos.

En su declaración oficial reafirma que esa madrugada en el hospital regional de Concepción nadie hizo nada. De los tres enfermeros presentes, ninguno fue capaz ni de dejarlo en una camilla.

Cuando regresó a su casa se percató que cuidador de autos estaba mostrándole la munición a todos los que transitaban por calle Argentina. Se la pidió y le dijo que él la iba a cuidar. Al día siguiente se la entregó a la PDI.

En vista de estos antecedentes, el Ministerio Público buscará dilucidar una posible planificación del asesinato del DJ. Para ello, tal como informó Radio Bío Bío este lunes, el fiscal Andrés Barahona solicitó el tráfico de llamados entre el imputado, la víctima y la joven expareja.

La Unidad de Investigación de BioBioChile solicitó una declaración de la defensa del único detenido, sin obtener una respuesta hasta el cierre de esta edición.

Este medio modificó los nombres de los involucrados en esta crónica, por orden del Juzgado de Garantía de Concepción. Desde el tribunal prohibieron divulgar las identidades e imagen del imputado y de cualquier testigo involucrado en la investigación.