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Sepultado vivo: el terrateniente del Tren de Aragua que viajó 2 mil kms para morir en una maleta

Sepultado vivo: el terrateniente del Tren de Aragua que viajó 2 mil kms para morir en una maleta

Nicolás Parra Tapia

Director de la Unidad de Investigación de BioBioChile

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Miércoles 21 mayo de 2025 | 07:00
Investigación

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Edición Cony Escobar (BBCL)

Ética y transparencia de BioBioChile

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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

En una investigación conjunta entre funcionarios del Ministerio Público y la PDI en la casa 63 del Cerro Chuño, descubrieron una maleta enterrada a 70 centímetros de profundidad que contenía un cadáver, perteneciente a un prominente miembro de Los Gallegos. El cuerpo correspondía a un terrateniente de doble nacionalidad, venezolana y peruana, que fue asesinado por traicionar a la organización. Este macabro hallazgo se suma a otros tres cuerpos enterrados vivos por el Tren de Aragua en la misma zona.

A 70 centímetros bajo tierra, cubierto por una loza de cemento y al interior de una maleta, como modo de "perfeccionar la doctrina del homicidio", fue encontrado quien sería un prominente terrateniente de Los Gallegos. Si bien no existe confirmación científica de la identidad, las sospechas apuntan a un "pure" de la organización criminal transnacional (es decir, uno de sus integrantes más avezados) que fue enterrado vivo —presumiblemente— por quedarse con dinero provenientes de las operaciones de la banda. Este es el cuarto cadáver hallado en el Cerro Chuño, sitio que a estas alturas se convirtió en el "Cementerio Gallego".

Cuando funcionarios del Ministerio Público y la PDI llegaron hasta la casa 63 del Cerro Chuño, el pasado viernes 16 de mayo, advirtieron de inmediato que una parte de la construcción no coincidía con la del resto: la losa de una de las tres edificaciones que albergaba la propiedad era de una coloración diferente. Supieron que era ahí donde debían excavar. Y les dio resultado. A 70 centímetros de la superficie, encontraron una maleta; y al interior de ella, un cadáver. La identidad ha sido resguardada celosamente por los investigadores, quienes ya tienen sus sospechas de quién podría ser la víctima.

De acuerdo a información recabada por BBCL Investiga, el cuerpo correspondería al de una prominente figura de Los Gallegos, a quien se le había perdido el rastro hacia fines del año pasado y comienzos de este 2025. Esto se sabe porque al interior de la maleta no sólo venían restos humanos, sino también —sobre ellos— una cédula de identidad que coincidía con la del miembro de la sangrienta célula del Tren de Aragua que erigió su base de operaciones, justamente, en el Cerro Chuño, en el nororiente de Arica.

—Lo del carnet es una manera de burlarse. Es un mensaje. Es como decir: “A ver si encuentran a éste” —cuenta una fuente conocedora de la materia.

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El Pure

El hallazgo, de acuerdo a antecedentes recabados por esta Unidad de Investigación, no fue casual: los investigadores habían recibido “información residual” de causas anteriores. Eso, en este caso, significa que un sicario —detenido en una indagatoria paralela— desclasificó los movimientos de Los Gallegos a inicios de este año. Todo apuntaba al arribo de cuatro asesinos a sueldo a un domicilio del Cerro Chuño para deshacerse de uno de los pure de la organización. Se trata de un término venezolano para identificar a personas mayores, viejas o —en el caso del Tren de Aragua— para referirse a sus miembros más avezados. El carnet correspondía, precisamente, a uno de los terratenientes de Los Gallegos.

Según confidenció el informante, al pure lo habían asignado fuera de Arica, para que controlase un territorio en las cercanías de Talca. Era un tipo cuarentón, que en 2015 registró un paso por Tocorón, prisión venezolana construida en 1982 al sur del estado de Aragua, que alcanzó notoriedad en todo el mundo por ser la cuna del Tren de Aragua. La misma sirvió como centro de operaciones para su máximo líder, Héctor “Niño” Guerrero Flores.

La indagatoria —hasta ahora— sostiene que el terrateniente fue mandado a llamar a inicio es de este año por la cúpula de Los Gallegos. La orden habría salido desde Perú, donde erigieron su centro de operaciones. Si bien se desconoce a ciencia cierta los argumentos que le entregaron para que recorriera más de 2 mil kilómetros hacia la frontera norte de Chile, los investigadores presumen que habría sido convocado a Arica para rendir cuentas en su rol de jefe de plaza. La víctima —desde luego— desconocía las reales intenciones de los líderes de la trasnacional.

De acuerdo al informante, el problema del pure fue que éste se quedó con parte de las ganancias de las operaciones del clan. Algo que, desde luego, significaba una alta traición para una banda que es reconocida por sus ordenadísimos libros de contabilidad, donde registran cada uno de sus ingresos y egresos de dinero (ver Casa de Torturas: el infierno terrenal que desató el Tren de Aragua en Chile).

El castigo, para esa falta, era la muerte.

La maleta

—¡¡Alto, policía!!

El 16 de mayo, un equipo táctico de la PDI, en conjunto con la fiscalía, irrumpió en un domicilio de material ligero, azul, que —al no existir una numeración oficial por estar emplazada en una toma ilegal— los investigadores identificaron bajo el guarismo “63”.

La llegada a esa casa no fue casual. Los antecedentes de inteligencia obtenidos a través del informante permitió a los investigadores cruzarla con otras fuentes de información. Las coordenadas entregadas por el primero, fueron contrastadas con otros detalles aportados al interior del propio Cerro Chuño. Y si bien habían dado con la casa, al interior de esa misma propiedad existían, en total, tres construcciones.

El razonamiento de los investigadores —luego de que los perros que acompañaban la búsqueda no detectaran nada— fue lógico: era poco probable que alguien decidiera excavar y enterrar a alguien en la edificación que diera hacia la vía pública. Lo propio respecto de aquella que daba hacia otras viviendas colindantes. Lo más probable —reflexionaron— era que la inhumación hubiese ocurrido en la construcción del medio.

Los investigadores auscultaron el lugar y les saltó a la vista que una parte de la losa de cemento que allí había no coincidía con la del resto de la propiedad. El color era diferente. Comenzaron a excavar y —a 70 centímetros de la superficie— dieron con una maleta de 23 kilos. Azul marina por fuera y tonalidades rojas en su interior, su compartimento principal contenía un cadáver ya descompuesto y compactado. Sobre él, un perito de la PDI vestido con overol institucional blanco y guantes celestes halló el carnet de identidad del Pure.

—Estaba empaquetado igual que el teniente Ojeda. Lo más probable es que lo hayan enterrado vivo, no tenía un solo disparo —dice una fuente conocedora de la diligencia.

Los cuatro cadáveres del Cementerio Gallego

—Acá hay un trabajo de inteligencia muy fuerte, un trabajo de meses que nos permitió dar con el paradero de esta persona que se encontraba enterrada en este sector del Cerro Chuño —aseguró el fiscal regional de Arica, Mario Carrera, desde el lugar de los hechos el pasado viernes.

El persecutor en sus apariciones públicas ha dejado en claro que —pese a los triunfos judiciales (lograron condenas que suman más de 560 años para 34 miembros de la organización)— la célula sigue operando.

Y es que los investigadores lo saben bien: además del cadáver encontrado el pasado viernes, esperaban hallar otros de los que se tiene noción que pudiesen estar bajo el Cerro Chuño. Ésta, en todo caso, es la cuarta víctima que el Tren de Aragua entierra viva en el lugar.

Se trata de integrantes de sus mismas filas. El primer caso corresponde a José Alejandro Niño Graterol, quien fue sepultado bajo una casa de tortura mientras aún estaba inconsciente. En la autopsia de El Guaro, como era conocido, se lee que murió de un paro cardiorrespiratorio por asfixia de carácter homicida. Su cuerpo, debido a la salinidad del suelo ariqueño, apareció prácticamente momificado.

Quienes vieron de cerca lo ocurrido al Pure, sostienen que sus asesinos quisieron evitar el mismo fenómeno y —para acelerar el proceso de descomposición— decidieron ocultarlo en la maleta.

—Es el perfeccionamiento de los homicidios —aseguran los mismos consultados.

Algo similar sucedió con los otros dos cadáveres, el de los primos Orlando Rondón Varela y Brayan Estrada Rondón. Los encontraron sepultados bajo un ruco en mayo de 2023. Con ellos, Los Gallegos tomaron mayores resguardos que con Niño Graterol: tras enterrarlos vivos, como acostumbraban, los cubrieron con cemento y pintura.

“No tenían ni idea”

Así las cosas, este miércoles, la Fiscalía de Arica comunicó que la data de muerte del Pure sería de aproximadamente seis meses. Y pese a las sospechas fundadas respecto de su identidad, ésta no ha sido ratificada mediante peritajes científicos. De ahí que el Ministerio Público y la PDI resguarden celosamente su nombre.

—Este trabajo se viene realizando desde hace cuatro meses a la fecha, con un antecedente de inteligencia (…) Se hizo un análisis exhaustivo del entorno donde se encontraba este cuerpo y con la ayuda de otras instituciones se empezaron a recabar los antecedentes y punto exacto donde podía estar —afirmó el prefecto José Luis Muñoz, jefe de la prefectura provincial de la PDI de Arica.

Y sentenció:

—(Las personas que vivían en el sitio del hallazgo) no tenían ni idea que el cuerpo se encontraba allí.

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