Un hasta ahora desconocido episodio sumó el escándalo financiero que significó la caída de Sartor: Oscar Ebel, uno de los directores de la Administradora General de Fondos (AGF) del grupo económico decidió autodenunciarse ante el Ministerio Público.
A través de un escrito de 10 planillas presentado ante la Fiscalía Metropolitana Oriente, el alto ejecutivo destapó la interna de la firma caída en desgracia por decisión de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF): acusó haber presenciado (y participado) en una serie de transacciones posiblemente reñidas con la ley. Todas, aseguró, terminaron por favorecer con millonarios créditos a empresas vinculadas a directores de la compañía y a sus cercanos.
Dinero en familia
La historia va así: el único objeto de Sartor AGF era administrar fondos de terceros (es decir, de “aportantes”), quienes confiaban sus dineros a la firma, para que ésta luego los inyectara en variadas operaciones de inversión.
El problema para ellos fue que la CMF descubrió que altos ejecutivos de la empresa favorecieron con créditos a sus propias sociedades o las de sus cercanos, en desmedro de otras que pudieran ser un mejor negocio para los aportantes. En palabras del organismo regulador, no velaron “porque siempre prime el mejor interés de los fondos”, sino más bien se traspasaron los dineros entre ellos.
Ebel conoció de cerca esas operaciones. En su rol como director desde 2016, vivió en carne propia el terremoto que significó la decisión de la CMF de liquidar la firma de inversiones.
Por eso, decidió hablar. Apenas cuatro días después de que el caso explotara, ingresó su autodenuncia en la que no sólo confirmó la existencia de esas operaciones sino que también aseguró que algunas de estas estaban en conocimiento del directorio de Inversiones y Asesorías Sartor S.A.
Según el escrito —al que accedió BBCL Investiga—, una de las firmas beneficiadas corresponde a Asesorías e Inversiones Cerro El Plomo SpA. En total, asegura Ebel, la sociedad recibió casi 30 millones de dólares, pese a estar ligada al Grupo Sartor.
Esto significa —a juicio de Ebel— que existieron transacciones “donde dineros administrados por Sartor AGF S.A. son traspasados por esta vía hacia sociedades aguas abajo de los Fondos de Inversión Privados de Sartor”.
Esquema contenido en la autodenuncia
Pero no es el único caso. El ejecutivo, al igual que la CMF, también cuestionó los millonarios traspasos a las sociedades Danke SF SPA y Emprender Capital Servicios Financieros SpA, ligadas a Carlos Larraín Mery, quien fuera director de Sartor AGF y a su hermano Pedro Pablo Larraín Mery, actual presidente del directorio de la misma.
En simple, explicó que los dineros de los aportantes del Fondo de Inversión Sartor Táctico fueron invertidos en el FIP Deuda Privada, el cual, a su turno, otorgó financiamiento a sociedades en las que participarían los Larraín Mery.
De acuerdo a su autodenuncia —patrocinada por los abogados Alejandro Espinoza e Ignacio Sotomayor—, el financiamiento a estas sociedades quedaba respaldado en un pagaré. Según cuenta, dichos documentos “llevan años prorrogándose”.
Al respecto, Pedro Pablo Larraín, presidente de Sartor FG, dijo no conocer la autodenuncia de Oscar Ebel, “pero parece tener tres errores que son fundamentales: los dueños de Cerro El Plomo son los propios aportantes, no es una sociedad externa; en Chile la ley sí permite realizar préstamos a sociedades relacionadas, lo que es una práctica habitual en el sistema financiero local y no es lo mismo relacionado que vinculado”.
“La autodenuncia de Ebel, quien votó a favor de todo lo que se hizo, no describe delitos -dice que son eventuales- sino que más bien parece anticiparse para obtener el beneficio de la autodenuncia”, afirmó.
¿Devoluciones?
Sobre su participación en los hechos, Ebel aseguró que, si bien tenía conocimiento de que aprobaba financiamientos a operaciones de empresas ligadas, él no participaba de las sociedades que fueron favorecidos.
“Atendido a que venían visadas por la administración de la compañía, por el área de riesgo, por el asesor del Comité de Crédito, y a que ningún director efectuó reparos respecto a la regularidad de las mismas, no me cuestioné mayormente la licitud de estas operaciones”, lanzó.
Tanto fue así que él mismo invirtió dinero personal en los fondos, por lo que también se convirtió en uno de los aportantes.
“En los hechos no contaba con un detalle del destino final de inversión de estos fondos. A la fecha y en el contexto actual del Grupo Sartor, desconozco si existen fondos para pagar y devolver la inversión a todos quienes aportamos dinero en este tipo de operaciones”, aseveró.
Falsedad de la información
A juicio del ejecutivo, las irregularidades al interior de Sartor fueron facilitadas no sólo por la “falta de un funcionamiento adecuado de los controles”, sino también debido al “ocultamiento y falsedad de la información que entregaba la administración”.
“No logro comprender la omisión de advertencia de las ilegalidades de operaciones”, fustigó.
Y agregó: “Dentro del grupo existen abiertos conflictos de interés que facilitaron el funcionamiento irregular, como operaciones con relacionados ya denunciadas, eventualmente delictivas, como también relaciones de convivencia que relajaron los controles”, sentenció, apuntando contra la fiscal del grupo y el director de Inversiones. Este último, desvinculado en una de las primeras medidas adoptadas por el entonces liquidador designado por la CMF, Fernando Pérez.
Así, Ebel ofreció su colaboración al Ministerio Público.
A raíz de esta autodenuncia, la Fiscalía Metropolitana Oriente ordenó la apertura de una investigación. A la presentación de Ebel se han acumulado otras querellas criminales asociadas al caso.
Con todo, será el Ministerio Público el encargado de indagar si los hechos son o no constitutivos de delitos y encausar a los involucrados ante la justicia.