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Cronología de un abusador: los pecados del oncólogo enjuiciado por ultrajar a pacientes en Las Condes

Cronología de un abusador: los pecados del oncólogo enjuiciado por ultrajar a pacientes en Las Condes

Martes 12 marzo de 2024 | 10:52

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Agencia UNO

Al oncólogo Manuel Álvarez se le acusa de ultrajar a víctimas que estaban al borde de la muerte. Dos de ellas, de hecho, fallecieron sin saber si los tribunales harían justicia con ellas o no. "El poder del doctor Álvarez era tal, que era imposible oponerse, pues la víctima lo consideraba su salvador", cuenta una de las querellantes. Al historial de acusaciones a cuestas se sumó el miedo a denunciarlo: "Cuando el abuso contra M.G. quedó al descubierto por una enfermera, a lo menos otras siete personas ya sabían de esta situación, pero no habían denunciado por temor a enfrentarse con él".

—Los abusos ocurrieron en cada ocasión que el doctor podía. En las habitaciones sin cámaras de la Clínica Las Condes o en el baño de estas piezas, si contaba con un sistema de televigilancia.

El oncólogo Manuel Álvarez llegó en 2011 a la Clínica Las Condes como jefe del Centro Clínico del Cáncer. Desde entonces, su caso ha dejado una estela de denuncias de abusos sexuales, cuyas víctimas y sus familiares este lunes pudieron confrontarlo en la primera jornada de un juicio que podría extenderse por casi un mes.

Fue en el Centro de Justica de Santiago, donde el facultativo escuchó los argumentos del Ministerio Público. El organismo persecutor busca condenarlo a 16 años de presidio por dos delitos en calidad de reiterados.

Los pecados del oncólogo de Clínica Las Condes

Según información recopilada por BBCL Investiga, la primera denuncia formal se remonta a noviembre de 2017. M.G. había sido diagnosticada un año antes con un agresivo cáncer. Su médico tratante fue justamente Álvarez. La terapia consistía en internaciones quincenales, para su respectiva quimioterapia.

Al poco andar —apunta la indagatoria del persecutor de la Fiscalía de Género Oriente, Felipe Cembrano— comenzaron los abusos. En septiembre de 2017, M.G. no aguantó más. Confidenció a su psiquiatra y psicólogo los ultrajes a los que fue sometida por su médico tratante. Un mes después se lo develó también a una oncóloga de la Clínica Las Condes.

—El poder del doctor Álvarez era tal, que era imposible oponerse. La víctima lo consideraba su salvador. Ella ya tenía interiorizado que elegía la vida y así estar con su familia y nietos, por sobre su libertad sexual —dice Susana Borzutzky, abogada que representó a M.G. en todo el proceso.

Para la querellante, los abusos justamente estuvieron acompañados de la manipulación. Aprovechó el delicado estado de salud de sus víctimas para cometer los ataques.

—El doctor Álvarez se aprovechó de su posición de poder para abusar de M.G. luego de convencerla que era su salvador. Prácticamente, la única persona en el mundo que podía hacer frente al cáncer avanzado que la víctima padecía y que terminó por cobrar su vida (…) Los abusos ocurrieron en cada ocasión que el doctor podía. En las habitaciones sin cámara de la Clínica Las Condes o en el baño de estas piezas, si contaba con un sistema de televigilancia.

A inicios de noviembre de ese mismo año, en medio de unas las quimio, una de las enfermeras que la atendía presenció uno de los ataques. Ella se convirtió en la primera testigo presencial. Atinó, a través de su jefatura, a dar conocer lo ocurrido a la dirección de la clínica, sostiene la indagatoria. No pasó mucho. A la siguiente sesión, otra de las profesionales presenció una nueva agresión sexual. Ante la falta de resguardos, la enfermera decidió ingresar una denuncia ante la PDI que días más tarde sería ratificada por la víctima.

M.G. murió el 20 de septiembre de 2023. Su testimonio estará presente en el juicio iniciado este lunes, luego de que en octubre de 2022 declarara de manera anticipada. Lo hizo internada en la misma clínica donde, de acuerdo a la fiscalía, sufrió los tormentos del galeno.

—Cuando el abuso contra M.G. quedó al descubierto por una enfermera de la Clínica Las Condes, a lo menos otras siete personas ya sabían de esta situación, pero no habían denunciado por temor a enfrentarse con él. La justicia no protegió a M.G. cuando ella estaba con vida, pero esperamos que ahora sí pueda hacerlo. La defensa aplicó una serie de estrategias para dilatar este juicio y que la víctima falleciera sin poder entregar su testimonio. Esperamos ahora que el tribunal les demuestre que esta estrategia inhumana y maquiavélica no tiene cabida en nuestro sistema procesal penal —comenta Borzutzky.

La condena

En diciembre de 2017, Manuel Álvarez dejó —momentáneamente— la Clínica Las Condes y se fue al Hospital de Magallanes en calidad de contrata. Ahí atendió a G.M., mujer de 49 años. Al poco andar, su paciente lo denunció por “actos impropios”. El relato era básicamente el mismo al de M.G.

El Ministerio Público en Punta Arenas abrió una investigación, pero la víctima no obtuvo justicia en vida. Falleció de una insuficiencia hepática el 18 de julio de 2018, un mes después de haber denunciado al doctor. Fue condenado a 818 días por el delito de abuso sexual.

La estela de denuncias continúa. En 2019 apareció una nueva acusación contra el facultativo. Los abusos, de acuerdo al testimonio de M.R., se remontan también a 2016 y 2017 cuando Álvarez aún estaba en la Clínica Las Condes. Fue en medio de controles anuales que el imputado desplegó nuevamente su modus operandi de abusos, sostiene la indagatoria. El Ministerio Público afirma que cometió los delitos en forma reiterada, al menos en dos oportunidades. M.R., será la única víctima viva que declarará en el juicio.

En la instancia también atestiguarán, a modo de contexto, al menos otras cuatro mujeres que denunciaron haber sufrido abusos sexuales entre 1997 y 2009. Los delitos en estos casos, sin embargo, están prescritos.

Reincorporación del oncólogo a Clínica Las Condes

Pese al historial de denuncias y a que M.G. aún seguía internada ahí, la Clínica Las Condes reincorporó a Álvarez en 2022. Antes de eso, apuntan antecedentes allegados a la indagatoria, la enfermera que se atrevió a denunciar a la PDI fue despedida cuando estaba con posnatal. Fuentes consultadas también sostienen que todos los funcionarios del Centro del Cáncer que habían declarado contra el médico fueron desvinculados en los meses y años anteriores a su regreso.

—El Ministerio Público está pidiendo dos penas de ocho años de presidio efectivo. Y esperamos, una vez finalizada la etapa probatoria, acreditar los hechos por los cuales se ha presentado la acusación —dijo este lunes el fiscal Felipe Cembrano.

Consultada la Clínica Las Condes, indicaron que “jamás han tomado represalias en contra de ninguno de sus trabajadores ni colaboradores”.

“El doctor Álvarez hace bastante tiempo que dejó de pertenecer al staff de la clínica”, acotaron.

Requerido Jorge Bofill y su estudio, quien representa al imputado, declinó emitir una declaración para este artículo.

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