El otro retroceso de Afganistán con los talibanes: contaminación se toma los cielos

Publicado por Emilio Lara
La información es de Agencia EFE

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Viernes 24 diciembre de 2021 | Publicado a las 08:51

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El triunfo de los talibanes sobre Estados Unidos y sus aliados significó una serie de retrocesos en materia social, política y económica para Afganistán. Y ahora se suma otro frente: el ambiental. Hoy, los cielos de la densa Kabul están cubiertos con contaminación con el masivo uso de leña, carbón y la reanudación de la exportación de combustible y petróleo de mala calidad.

El regreso de los talibanes lo paralizó todo en Kabul.

También las medidas que la capital afgana había adoptado durante los últimos años para combatir la polución del aire.

Con la llegada del invierno, esta siempre se dispara a niveles tóxicos.

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Cuando se desciende del avión en el aeropuerto internacional de Kabul una bocanada de polución golpea la garganta, acompañada de un olor a humo constante, como en un incendio.

En el horizonte, una neblina de partículas en suspensión cubre la ciudad.

Situada a una altitud de unos 1.800 metros sobre el nivel del mar, en un estrecho valle, las temperaturas medias en Kabul durante el invierno pueden descender hasta varios grados bajo cero.

Eso propicia que los contaminantes se mantengan a ras de suelo y no se dispersen, según detalla en un artículo el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.

Causas de la contaminación con los talibanes

El principal causante de esta situación límite es el carbón.

El recurso, de bajo costo, proporciona energía a las fábricas y calienta edificios y casas, según explicó Naqeeb Sidiqi, director de desarrollo sostenible de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Afganistán (NEPA).

En cada rincón de la capital se encuentran puestos de venta de leña o carbón.

El precio de este último ronda los 8.500 a 9.000 afganis (unos 82 a 87 dólares).

Las familias lo queman en sus cocinas o en las habituales estufas situadas en el centro de los salones alfombrados, punto de encuentro del hogar.

Más problemas: talibanes reanudaron exportación de combustible y petróleo de mala calidad

Con una población de unos seis millones de personas, la urbe fue diseñada para medio millón.

Con esas características, ahora Kabul también sufre por otros contaminantes.

¿Cuáles? De acuerdo a Sidiqi existe “importación de combustible y petróleo de mala calidad, que antes estaban estrictamente prohibidos”.

¿Por qué? Estos se han vuelto a emplear en los vehículos antiguos.

“El año pasado teníamos planes tanto a largo como a corto plazo (contra la polución)”, recordó el titular de NEPA.

“El año pasado se implementó la planificación a corto plazo, pero con los cambios recientes nuestro equipo no ha estado activo en los últimos cuatro meses, sobre todo el de monitoreo de la contaminación del aire”, detalló.

Esos “cambios” ocurridos hace cuatro meses, y que el activista ambiental no cita, son el regreso de los talibanes al poder, con la toma de Kabul el 15 de agosto y el fin de la ocupación estadounidense a finales de ese mes tras dos décadas de conflicto.

La vuelta del régimen islamista, tras su anterior periodo al mando entre 1996 y 2001, desencadenó la huida de gran parte de los organismos internacionales del país.

Con eso también se congelaron los fondos afganos en el extranjero y se cortó el flujo de ayuda financiera.

Ante esta situación, aseguró Sidiqi, no cuentan con datos básicos como los niveles actuales de polución.

“El equipo (de medición) no está activo”, sostuvo.

Pese a eso, sigue esperando a que se vuelva a poner en marcha “pronto” para retomar su labor de monitoreo y control.

“Si la contaminación del aire continúa así o empeora, tendremos una especie de catástrofe de enfermedades respiratorias en Kabul”, alertó.

“Espero que podamos controlarlo y aplicar medidas como lo hicimos anteriormente para evitar tragedias”, advirtió el ambientalista.

Enfermedades respiratorias

Hace dos años, el Ministerio de Salud Pública afgano advirtió que en la última semana de 2019 unas 9 mil personas tuvieron que ser atendidas en los 17 hospitales de la capital por enfermedades respiratorias relacionadas con la contaminación.

Esto supuso un 20% más que en la última semana de 2018, y el ministerio señaló entonces que al menos 17 de esos pacientes fallecieron a causa de estas enfermedades.

Diez de ellos eran menores de edad y cuatro ancianos que tenían antecedentes de asma y enfermedades cardíacas.

Algunos habitantes de la ciudad son conscientes de estas amenazas y tratan de combatir la contaminación con el arma más común en esta época de pandemia: las mascarillas.

Hamid Rahimi trabaja en un mercado y todas las mañanas sale de su casa temprano para acudir a su puesto, donde tiene la sensación de que siempre hay “plástico quemándose cerca”, afirmó a EFE, lo que le obliga incluso a usar no una sino dos mascarillas para la polución.

“Sin mascarilla, especialmente por la mañana y por la noche, es como suicidarse”, explicó.

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