Brasil retoma orden público y desalojan campamento de bolsonaristas radicales en la capital

visitas

El funcionamiento institucional de Brasil está totalmente normalizado tras el desmonte del campamento en que se refugiaban los bolsonaristas radicales que atacaron el domingo las sedes de los tres poderes, con unas 1.500 detenciones, afirmaron fuentes oficiales.

“Gracias a Dios el país camina hacia la absoluta normalización institucional a gran velocidad”, dijo el ministro de Justicia, Flavio Dino, al hacer un balance de las operaciones para reprimir a los responsables por los asaltos a las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema.

“Lo más importante es que las Fuerzas Armadas se mantuvieron fieles a la autoridad democrática y eso es algo que tenemos que conmemorar. En un modo general diría que lo peor ya pasó y que ahora cabe esperar los juicios políticos y criminales”, dijo Dino.

Pese a los daños aún visibles en las principales edificaciones públicas del país, el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, acudió a trabajar normalmente en el Palacio presidencial de Planalto, en el que se reunió con autoridades de los otros poderes y con los comandantes militares.

“El domingo fueron realizadas 209 detenciones en flagrante y en este momento son escuchadas por la Policía unas 1.200 personas que estaban en el campamento, es decir que tenemos en total unas 1.500 personas arrestadas”, dijo el ministro de Justicia.

Varios campamentos que reunían a radicales bolsonaristas frente a cuarteles del Ejército fueron desmantelados este lunes, entre ellos los de las principales ciudades del país, tras los ataques registrados el domingo, en un intento de golpe de Estado, dijo Ricardo Cappelli, secretario general del Ministerio de Justicia y quien está a cargo de la seguridad de Brasilia hasta fin de mes, por orden del presidente Lula da Silva.

El presidente y los jefes de los poderes Legislativo y Judicial llamaron a mantener la “serenidad” y “defender la democracia” en paz.

Los máximos representantes de los tres poderes rechazaron los “actos terroristas, de vandalismo, criminales y golpistas” y subrayaron que están “unidos para que sean tomadas todas las providencias institucionales, en los términos” que marcan “las leyes brasileñas”.

    visitas

El funcionamiento institucional de Brasil está totalmente normalizado tras el desmonte del campamento en que se refugiaban los bolsonaristas radicales que atacaron el domingo las sedes de los tres poderes, con unas 1.500 detenciones, afirmaron fuentes oficiales.

“Gracias a Dios el país camina hacia la absoluta normalización institucional a gran velocidad”, dijo el ministro de Justicia, Flavio Dino, al hacer un balance de las operaciones para reprimir a los responsables por los asaltos a las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema.

“Lo más importante es que las Fuerzas Armadas se mantuvieron fieles a la autoridad democrática y eso es algo que tenemos que conmemorar. En un modo general diría que lo peor ya pasó y que ahora cabe esperar los juicios políticos y criminales”, dijo Dino.

Pese a los daños aún visibles en las principales edificaciones públicas del país, el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, acudió a trabajar normalmente en el Palacio presidencial de Planalto, en el que se reunió con autoridades de los otros poderes y con los comandantes militares.

“El domingo fueron realizadas 209 detenciones en flagrante y en este momento son escuchadas por la Policía unas 1.200 personas que estaban en el campamento, es decir que tenemos en total unas 1.500 personas arrestadas”, dijo el ministro de Justicia.

Varios campamentos que reunían a radicales bolsonaristas frente a cuarteles del Ejército fueron desmantelados este lunes, entre ellos los de las principales ciudades del país, tras los ataques registrados el domingo, en un intento de golpe de Estado, dijo Ricardo Cappelli, secretario general del Ministerio de Justicia y quien está a cargo de la seguridad de Brasilia hasta fin de mes, por orden del presidente Lula da Silva.

El presidente y los jefes de los poderes Legislativo y Judicial llamaron a mantener la “serenidad” y “defender la democracia” en paz.

Los máximos representantes de los tres poderes rechazaron los “actos terroristas, de vandalismo, criminales y golpistas” y subrayaron que están “unidos para que sean tomadas todas las providencias institucionales, en los términos” que marcan “las leyes brasileñas”.