La inflación en Chile comenzaría a ceder antes de octubre, aunque cerraría el año con una variación de 12%, cifra mayor a la esperada en junio, que se explica por la depreciación del peso chileno.
La presidenta del instituto emisor, Rosanna Costa, remarcó la importancia de una política fiscal coherente con el incremento de precios, y descartó que el resultado del plebiscito constitucional disminuya la incertidumbre en el corto plazo.
Es un panorama negativo el que entrega el Banco Central para la economía chilena en el penúltimo Informe de Política Monetaria del año, que viene a ratificar algunas de las proyecciones que estaban en el mercado, y qué también delimita la salida que tendrá este proceso inflacionario, con los costos que va a significar para la población.
La inflación fue el principal énfasis de este informe que, en lo general, no modifica la visión que tenía el Banco Central sobre la economía, pero hace un ajuste en los cálculos. Lo que señala es que la inflación llegaría al 12% en diciembre de este año, algo por encima del 9,9% anterior.
Esto tiene que ver con la persistencia de la inflación, y también con el precio del dólar que, porque si bien petróleo y alimentos bajaron, el peso chileno se depreció con fuerza durante los meses de junio y julio.
De todas maneras, el Banco Central prevé que la inflación va a comenzar a ceder antes de octubre, aunque ese descenso será gradual, y no veremos cifras por debajo del 3% anual hasta 2024.
La presidenta del instituto emisor recalcó que, el mensaje principal, apunta a que el proceso será complejo y requiere compromiso.
Uno de los factores clave para contener la inflación tiene que ver con la TPM, que ya está en niveles históricamente altos, pero que podría ser el nivel más alto que se necesita para el ajuste de la economía.
Con ese nivel, se prevé que la economía chilena crecería 2% este año, pero el 2023 entraría en una franca recesión, con una contracción de entre el 0,5 y el 1,5%, y caídas de 5,7% para el consumo privado y de 4,7% a la formación bruta de capital fijo.
Pero esto es un escenario central y también hay riesgos implícitos, tal como advierten Cristián Echeverría de la UDD y Andrés Pérez, economista jefe de Itaú.
Otro riesgo para este escenario base tiene que ver con la política macroeconómica en general. Un mensaje central del Banco apunta a que el Gobierno y el Congreso tienen que ayudar en esta meta.
En el Senado, hubo autocrítica por parte de Ricardo Lagos Weber del PPD y preocupación por lo que viene, del RN José García Ruminot.
Se necesita un complemento porque la TPM ya está actuando en plenitud y sus efectos se ven sobre la economía, con tasas de interés para créditos de consumo a su nivel más alto desde 2014, y las más altas del registro para créditos comerciales, con 14% en agosto.
En el caso de créditos hipotecarios, aunque la inflación ha impactado en los dividendos y el reajuste de contratos, las tasas para créditos ya comenzaron a ceder, según explica Álvaro Acosta director de Finanzas Corporativas de Open BBK, por una caída de 40% en la demanda.