La CPC propuso un plazo de 5 años para implementar la reducción de la jornada laboral a 40 horas

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La Confederación de la Producción y del Comercio propuso un plazo de cinco años para implementar la reducción de jornada laboral a 40 horas y pidió flexibilidad en la norma.

En la Central Unitaria de Trabajadores señalaron que hay condiciones para que la gradualidad no sea tan extendida, considerando que varias compañías están adelantando la aplicación de jornadas reducidas.

Aunque el proyecto que busca reducir la jornada laboral a 40 horas semanales está congelado desde enero del 2020 en el Senado, el Gobierno prepara nuevas indicaciones que van a reabrir su trámite, y en el debate público el tema ya está instalado.

Hay al menos 59 compañías que ya han recibido el “Sello 40 Horas”, adelantándose a este proceso, que los grandes empresarios también ven venir y, por eso, preparan el terreno.

Ayer, la Confederación de la Producción y del Comercio anunció un acuerdo con tres agrupaciones sindicales, donde se incorpora una serie de ejes, condiciones mínimas, para implementar la jornada reducida.

El documento habla de temas generales, como productividad, y se centra en dos ejes principales: gradualidad y adaptabilidad.

Que se garantice un tránsito expedito a la nueva norma, es lo que pide el líder del gremio, Juan Sutil que puso énfasis sobre todo en la flexibilidad que debe tener sobre las distintas realidades.

En el Gobierno destacaron que estos temas, de hecho, han surgido como preocupaciones en el debate técnico, y se van a tener en consideración. La ministra del Trabajo, Jeannette Jara no quiso adelantar los plazos de las indicaciones, pero garantizó que la implementación de esta propuesta será armónica con la economía.

El documento que presentó la CPC, fue en acuerdo con la Central de Trabajadores de Chile, la Central Autónoma de Trabajadores y la Unión Nacional de Trabajadores, sin embargo, no participó la CUT, que es la principal agrupación sindical en Chile.

El presidente de la multisindical, David Acuña advirtió que en cada detalle esta discusión debe considerar la voz de las y los trabajadores, y que habría condiciones para una gradualidad no tan extendida.

La última vez que legalmente se redujo la jornada laboral en Chile, de 48 a 45 horas, se optó por diferir su implementación en el tiempo, desde 2001 a 2005, más que un modelo escalonado. Se espera que en esta ocasión sea una combinación de ambos elementos.

Así lo considera, al menos, el director del Observatorio del Contexto Económico de la UDP, Juan Bravo quien observa en la discusión de adaptabilidad uno de los temas más ásperos del debate.

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La Confederación de la Producción y del Comercio propuso un plazo de cinco años para implementar la reducción de jornada laboral a 40 horas y pidió flexibilidad en la norma.

En la Central Unitaria de Trabajadores señalaron que hay condiciones para que la gradualidad no sea tan extendida, considerando que varias compañías están adelantando la aplicación de jornadas reducidas.

Aunque el proyecto que busca reducir la jornada laboral a 40 horas semanales está congelado desde enero del 2020 en el Senado, el Gobierno prepara nuevas indicaciones que van a reabrir su trámite, y en el debate público el tema ya está instalado.

Hay al menos 59 compañías que ya han recibido el “Sello 40 Horas”, adelantándose a este proceso, que los grandes empresarios también ven venir y, por eso, preparan el terreno.

Ayer, la Confederación de la Producción y del Comercio anunció un acuerdo con tres agrupaciones sindicales, donde se incorpora una serie de ejes, condiciones mínimas, para implementar la jornada reducida.

El documento habla de temas generales, como productividad, y se centra en dos ejes principales: gradualidad y adaptabilidad.

Que se garantice un tránsito expedito a la nueva norma, es lo que pide el líder del gremio, Juan Sutil que puso énfasis sobre todo en la flexibilidad que debe tener sobre las distintas realidades.

En el Gobierno destacaron que estos temas, de hecho, han surgido como preocupaciones en el debate técnico, y se van a tener en consideración. La ministra del Trabajo, Jeannette Jara no quiso adelantar los plazos de las indicaciones, pero garantizó que la implementación de esta propuesta será armónica con la economía.

El documento que presentó la CPC, fue en acuerdo con la Central de Trabajadores de Chile, la Central Autónoma de Trabajadores y la Unión Nacional de Trabajadores, sin embargo, no participó la CUT, que es la principal agrupación sindical en Chile.

El presidente de la multisindical, David Acuña advirtió que en cada detalle esta discusión debe considerar la voz de las y los trabajadores, y que habría condiciones para una gradualidad no tan extendida.

La última vez que legalmente se redujo la jornada laboral en Chile, de 48 a 45 horas, se optó por diferir su implementación en el tiempo, desde 2001 a 2005, más que un modelo escalonado. Se espera que en esta ocasión sea una combinación de ambos elementos.

Así lo considera, al menos, el director del Observatorio del Contexto Económico de la UDP, Juan Bravo quien observa en la discusión de adaptabilidad uno de los temas más ásperos del debate.