El equipo de Gabriel Boric aseguró que está de acuerdo con la extensión del IFE Laboral hasta junio, pero cuestionó la falta de coordinación por parte del actual gobierno.
El presidente Sebastián Piñera, evidenciando su molestia por el tema, defendió la pertinencia de la medida y aseguró que se ajusta al Presupuesto para 2022.
Todavía no pasa el sabor amargo del desencuentro que se produjo en el traspaso de información entre el gobierno entrante y el saliente por la extensión del IFE Laboral, desde marzo hasta junio, que no fue consultada al equipo que llegará a La Moneda en marzo.
Ayer hubo una respuesta contundente del Palacio de La Moneda frente a las fuertes críticas que hizo el futuro ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien pidió no seguir comprometiendo gastos para 2022.
Uno de los más duros fue el ministro de la Segpres, Juan José Ossa quien acusó a Marcel de dejar de lado el tema de fondo: la recuperación del empleo, por su ansiedad de “entrar a jugar a la cancha”.
Pero quien sacó la voz fue el Presidente de la República, Sebastián Piñera quien remarcó la importancia de seguir impulsando el mercado laboral, y que esta medida se enmarca en el presupuesto aprobado.
Hubo respuestas en la contraparte, que matizaron la molestia inicial. La futura ministra vocera, Camila Vallejo criticó al Ejecutivo por seguir impulsando políticas que tienen implicancias más allá del 11 de marzo, aunque Giorgio Jackson reconoció que tienen una buena evaluación del IFE Laboral.
La molestia, según el futuro ministro, tiene exclusiva relación por la falta de coordinación, y dijo esperar que no se repita este incidente.
Entre los expertos están de acuerdo con la medida impulsada por el Gobierno, e incluso, el economista David Bravo, director del Centro de Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, señaló que es oportuno focalizar los incentivos al empleo durante el primer semestre.
Más duros fueron en la Central Unitaria de Trabajadores, donde su presidente subrogante, Juan Moreno pidió al actual Ejecutivo abstenerse de intervenir en estas materias, dada la mala gestión que –a su juicio- han tenido en materia de política laboral.
En el gobierno actual molestó sobre todo la forma de Mario Marcel, acusándolo de no respetar la tradición de un traspaso ordenado en el Ministerio de Hacienda, y dijeron esperar que esto no empañe un traspaso de mando que, hasta ahora, había sido sin sobresaltos.
El presidente Piñera, además, recordó que -pese a la medida- el presupuesto contempla 700 millones de dólares de libre disposición, un fondo de 896 millones de dólares para gasto en Salud y uno de 721 millones para gasto social, que siguen disponibles.