Tras casi 19 horas sin llegar a acuerdo, la Convención Constitucional decidió dejar para hoy la votación de la mesa directiva.
Los distintos nombres que se postularon en un inicio no lograron generar consenso entre los colectivos, y de manera improvisada -para destrabar la discusión- se instalaron cartas alternativas.
Cerca de las cuatro de la madrugada, los vicepresidentes adjuntos de la Convención comenzaron a conversar respecto al cansancio, y a lo que observaban a esa hora de la jornada: la imposibilidad de los colectivos por llegar a acuerdo.
Casi 20 horas pasaron, y los distintos sectores no lograron consensuar posturas para escoger la carta que presidirá por los próximos meses al órgano constituyente.
El pleno llegó hasta la octava vuelta, sin que saliera humo blanco. En ese momento, la mesa abrió a un nuevo receso sanitario, que -a diferencia de los otros- se extendió por más de dos horas.
Finalmente la mesa ampliada determinó suspender hasta esta tarde la sesión número 47 de la Convención.
La presidenta Elisa Loncon señaló que la democracia requiere tiempo. Al respecto también se refirió el vicepresidente Jaime Bassa.
Lo anterior fue cuestionado por distintos sectores de la Convención, que observaban desde la galería lo que estaba ocurriendo con los colectivos negociadores. Es decir, los que se quedaron fuera de los acuerdos.
El convencional del colectivo del Apruebo Agustín Squella fue bastante crítico con la gestión y la capacidad de diálogo de los distintos sectores.
Aseguró que es una mañana señal, y que la Convención dio “un espectáculo”.
El convencional RN Luciano Silva fue en esa línea, advirtiendo lo que podría ocurrir en la votación de normas constitucionales, cuyo quórum de aprobación corresponde a los 2/3.
La jornada de ayer estuvo marcada por una serie de acontecimientos. Primero, la convencional socialista Ramona Reyes corría con ventaja, pero los antecedentes detectados por Contraloría en 2019 -cuando era alcaldesa de Paillaco- le pasaron la cuenta.
Reflejo de esto es lo que ocurrió con el Frente Amplio, que con la intervención incluso de dirigentes de Convergencia Social y Revolución Democrática, decidió quitarle sus votos y entregárselos a Cristina Dorador.
Al respecto se refirió la convencional frenteamplista Beatriz Sánchez, y respondió la constituyente Reyes.
Pero el apoyo a Cristina Dorador fue en vano. Ésta, si bien en se afirmó en sexta vuelta con 72 votos, faltándole poco para alcanzar los 78, decidió bajar su candidatura en la ronda número 8.
Esto, al darse cuenta de que su nombre no concitaba apoyo y consenso entre todos los sectores, y que era casi imposible que otros sectores le entregaran su apoyo.