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El amplio triunfo de José Antonio Kast en las elecciones de este domingo, donde resultó electo como el próximo Presidente de la República, significó un golpe duro para la izquierda chilena, pero, también, supone grandes desafíos para la derecha y el futuro gobierno.

Frente a este escenario, en el Expreso Bío Bío conversamos con Camilo Feres, analista y director de Estudios Sociales y Políticos de Azerta, quien planteó que “había una constante en esta elección de que hace mucho rato la piscina de la oposición estaba en torno al del 60%, más allá de que, en ciertos tramos, algunos liderazgos estaban arriba y otros abajo”.

En la misma línea de lo que adelantaban las encuestas, agregó que “el 60%, 65%, no solamente se declaraba opositor al gobierno, sino que, además, elegía a algún candidato declaradamente opositor y, preferentemente, de los tres candidatos de la derecha”.

Asimismo, Feres sostuvo que este triunfo “es homologable, no solamente en su magnitud, sino que también en su transversalidad y extensión, con lo que ocurrió con el Rechazo”.

“Detrás de fenómenos de esta naturaleza, obviamente, el sistema político tiene que tomar nota, de la misma manera que, en su momento, el gobierno tuvo que tomar nota con el Rechazo”, siguió.

En ese sentido, manifestó que, por un lado, está la derrota del Ejecutivo: “Lo que sí fue consiste es que la oposición se mantuvo siempre en niveles de 60%, 65%, independiente de cómo se midiera. Eso es un dato”, dijo.

También, apuntó a que “muchos de estos votos son lo que llamamos técnicamente ‘votos prestados’. Una cosa es la adhesión al candidato, que está muy marcada en la primera vuelta y en la presencia de su lista parlamentaria, y otra, la cantidad de electores que lo eligen como primera opción entre dos, que es lo que se grafica en la segunda vuelta”.

Los desafíos del futuro gobierno de José Antonio Kast

Al ser consultada por los desafíos que tendrá Kast, el analista político apuntó a que “hizo una estrategia muy inteligente para la segunda vuelta. Durante todo el periodo de su campaña, él se preocupó de ir bajando el rechazo. Mucho más que ir subiendo el rating, se dedicó de bajar el rating: fue acotando su oferta con esto del gobierno de emergencia; evitó todo tipo de lugares donde se le podían hacer preguntas incómodas; espacios abiertos como los debates y entrevistas, los minimizó”.

De hecho, aquello es precisamente lo que no ocurrió en su incursión presidencial pasada, donde muchos votos a favor del Presidente Gabriel Boric se dieron por el rechazo a la figura del republicano.

En medio de este contexto, Kast tendrá que lidiar con las expectativas que generó. En ese sentido, Feres señaló que “no hay fórmulas mágicas, pero, probablemente, una porción importante de las primeras señales las dio el presidente electo en su primer discurso. Fue un discurso mucho más largo y fome de lo que uno habría deseado y recomendado a un candidato que salió electo en esta mayoría”.

“Si uno lo analiza en contenido y no en forma, se dedica uno por uno a seguir bajando o acotando las expectativas de una campaña que se centró en pocos temas, pero en promesas muy altas. José Antonio Kast muchas veces dijo que ‘todo va a mejorar’ y la promesa respecto a los temas que eligió, que son los que le interesan a la ciudadanía, son de muy difícil manifestación”, siguió.

De hecho, Feres sostuvo que, “sacando el tema económico, que tiene muchos elementos en los que, probablemente, se va a poder subir a una ola ascendente, y ahí lo que ellos hagan puede apuntalar esa curva, en el tema de la delincuencia, de la inmigración irregular, del narcotráfico, la pelea es mucho más compleja; ahí van a hacer, creo, una doble línea: seguir tratando de bajar las expectativas, por un lado, y por otro, una vez que estén en el gobierno, dar muchos golpes de efectos… lo que van a tratar de mover son las percepciones”.