En Podría Ser Peor conversamos con el expresidente del Consejo para la Transparencia, Francisco Leturia, sobre el conflicto de interés que reveló Mulet del exministro de Energía, Diego Pardow.

El diputado reveló que la pareja de Diego Pardow era socia encargada de mercados regulados en el estudio que asesora a Transelec.

Respecto a lo anterior, Leturia advirtió que la relación profesional es directa, reiterada y económicamente significativa, y que el vínculo debió transparentarse desde el inicio. 

A su juicio, la situación casi pasó “piola” y solo salió a la luz por la acusación constitucional y el debate sobre las tarifas eléctricas.

Leturia sostuvo que, en conflictos de interés, la regla mínima es informar públicamente con quién se está casado, qué áreas se tocan y de qué decisiones debe abstenerse. 

Señaló que en estudios grandes los socios manejan relaciones con clientes y que, por eso, la cercanía con un ministerio puede volverse un activo comercial. 

Cuestionó que no se hayan tomado medidas preventivas y planteó que la omisión podría ser deliberada, dado que la legislación actual no obliga a transparentar ese tipo de vínculos.

El abogado afirmó que no prevé consecuencias judiciales porque la normativa sobre lobby es laxa.

Además, subrayó que el problema es sistémico: malos hábitos y comprensión deficiente de los conflictos de interés. 

Agregó que en el estudio jurídico debe haber tensiones internas por la falta de advertencias.

Y advirtió que el caso muestra la necesidad de corregir reglas para que vínculos familiares y profesionales se declaren de manera obligatoria. 

Finalmente, advirtió que el foco debe estar en evitar que situaciones así vuelvan a repetirse.