Gonzalo Yuseff, quien estuvo al mando de la ANI hasta 2014, se refirió a los desafíos que poseen los servicios de inteligencia para hacer frente al nuevo tipo de criminalidad que enfrenta el país.
Continúan las especulaciones sobre la efectividad de los servicios de inteligencia tras el brutal homicidio de Ronald Ojeda, el exteniente venezolano que se encontraba con asilo político nuestro país.
Por aquello, en el Podría ser Peor conversamos con el exdirector de la Agencia Nacional de Inteligencia, Gonzalo Yuseff, quien se mantuvo en el cargo hasta el 2014.
“Cada vez que pasa un evento de este tipo, surge el mismo cuestionamiento (…) sin perjuicio de lo que uno pueda pensar, o suponer qué se debería hacer, el tema del teniente Ojeda, sin dudas, es una cuestión que viene a cambiar la percepción que teníamos de este tipo de cuestiones, en particular con las labores de contrainteligencia”, comenzó diciendo.
En ese sentido, explicó que “el gran problema es saber qué está pasando en nuestro país, quiénes está operando. Parece ser ser que el tema del crimen organizado, a la manera de los secuestros y el sicariato, que venía siendo una novedad, se está enredando con un tema político”.
Asimismo, aseguró que en este caso hay dos componente: el policial y el político. “A propósito de las características de esta persona y de su vinculación opositora a un gobierno y su carácter de refugiado, surge otra pregunta que es: ¿Qué pasa con las labores de contrainteligencia?, ¿puede el Estado de Chile garantizar que otros grupos, ya sea estatales o no estatales con fines políticos, operan y ejecutan acciones en el país?”, reflexionó.
Por otra parte, Yuseff aseguró que “la inteligencia tiene muchas complicaciones, no es una función que uno pueda decir que es estándar en todos los países. Al contrario, tienen todos modelos distintos. Además, tienen modelos de inteligencia y recursos destinados al tema, dependiendo de las amenazas y su magnitud”.
También, apuntó a las dificultades que han existido para aprobar una nueva Ley de Inteligencia, apuntando a que “no nos ponemos de acuerdo”.
En ese sentido, señaló que hay que decidir “si queremos ampliar y generar realmente una agencia operativa, que en la actualidad no existe, en el sentido que no tiene agentes sino que analistas, o queremos mantener el esquema actual de una inteligencia dividida en varias unidades”.
Volviendo al caso del exmilitar venezolano, el exdirector de la ANI detalló que “si hay un grupo criminal, simplemente criminal, que es capaz de hacer eso (secuestrar) y luego ejecutar a una persona, creo que pasa a ser una amenaza que desde lo criminal salta a ser una amenaza a la seguridad nacional”.
“Después ese mismo grupo, le pueden caer mal las opiniones de un periodista o comentaristas, le pueden parecer hostil, y ese periodista pasa a tener un precio y puede ser sacado y ejecutado”, agregó.
De esta manera, concluyó que, en caso de que el secuestro y homicidio de Ronald Ojeda “fuese en el nivel menos conspirativo, la situación es realmente grave”.
Revisa todos los detalles en la entrevista completa.