“Es importante que el trabajo dignifique, y no sólo con buenos salarios que es fundamental, sino que no te robe lo más esencial de la vida: el tiempo”.
Con esas palabras la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo; junto a su par del Trabajo, Jeannette Jara; lanzó el “Sello 40 Horas” para reconocer a las empresas en Chile que ya aplican esas horas de jornada laboral semanal.
Sin embargo, un sector de la población se muestra reticente al cambio alegando que en medio de una crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus y los cambios en la estructura de productividad, una medida como tal pueda traer un mayor estancamiento y no obtenga los resultados esperados.
Quienes ven esto con preocupación sobre la gradualidad de los cambios, son las Pymes: castigadas duramente durante el confinamiento y caracterizadas por ser impulsoras de la innovación y el crecimiento.
“Es obvio que todos como padres de familia, chilenos y chilenas, queremos pasar más tiempo con nuestras familias; sin embargo también se debe complementar con mayor desarrollo y crecimiento. Esos son los desafíos de nuestra sociedad” asegura Marcos Rivas, Presidente de la Asociación de Emprendedores (ASECH).
Hoy se trabaja para subir el sueldo mínimo con ayuda de las pymes y los expertos piden que sea algo gradual considerando que todavía no salimos de una pandemia y la crisis social producto de ella.
“Entendemos que es una política pública que no se le puede negar a chilenos y chilenas que viven con 280 mil pesos líquidos. Tenemos que hacer ver la precariedad de las pymes cuando tienen un menor acceso al mercado, tenemos menos del 10% del marcado con una ley de solvencia al emprendimiento que nos nos permite fracasar, y tenemos que lograr una agenda de crecimiento social que incluya a los emprendedores” agrega.
“El contexto es duro pero también le pedimos al gobierno que ponga en en le centro a las Pymes y tengamos una discusión relevante respecto al futuro”.
Chrurrasco con Juan Sutil
Ayer el presidente de la CPC, Juan Sutil, se reunió con Marcos Rivas y el gremio que compone la columna vertebral de la economía chilena. Ambos y pese a sus diferencias, concordaron en lo necesario de apoyar los cambios sociales para una paz ciudadana donde los chilenos tengan una mejor calidad de vida, siempre y cuando esto no implique descuidar el crecimiento.
“El gran problema que tienen los gremios es que el gobierno no entrega la información de manera transparente y a tiempo. Hay una cosa que nos une con el gran empresariado: que estamos de acuerdo en que las transformaciones sociales de este gobierno hay que hacerlas.
“La debe apoyar esta agenda social pero también ayudar a los emprendedores para generar un plan como anunció el Presidente el día de ayer en la Cuenta Pública” afirma Rivas.