Seguridad en las playas: "No hay advertencia de avisos de marejadas"

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Se confirmó durante la tarde de este domingo que se encontraron algunas pertenencias del padre que fue arrastrado por el mar en la playa de Pingueral. Específicamente, se halló un polerón y una billetera.

Se trata de Bryan Salas Ferreira, de 33 años, que fue arrastrado por el mar tras intentar salvar a su familia.

Revisa la entrevista al Capitán de Corbeta, Gonzalo Towsend. Subjefe del Servicio de Búsqueda y Salvamento Marítimo de la Dirección de Seguridad y Operaciones Marítimas.

“Respecto de las acciones que están efectuando la autoridad marítima para dar con la última víctima, hay que esperar que den resultados positivos, lo importante es dar tranquilidad a la familia y personas del sector costero. Hay que mantener el resguardo de todas las actividades que se efectúan como turistas, vecinos, se desconoce el sector costero”, por lo que recomendó estar atentos a las señaléticas del sector, “30 centímetros es suficiente para botar a una persona”.

En cuanto a las posibilidades de tener un accidente al encontrarse con el mar de manera directa. “Pueden haber rocas, puede uno cansarse al nadar tratando de salir, y eventualmente morir”, explica el Capitán.

Sobre la información, el Capitán explica que “En el caso de poder dar con esta información a la comunidad, muchas veces se desconocen. Existe una aplicación de la Armada que liberó para los teléfonos. Ingresas a playas habilitadas y encuentras el logo, bajas la aplicación y puedes buscar el nombre de la playa a la que voy a acudir y ver si es apto no. Además tiene un banner con aviso especial de marejadas”, para quienes tienen facilidad con el uso de la tecnología.

Sin embargo, “No hay advertencia de avisos de marejadas”, cuenta.

En las playas hay banderas rojas y señaléticas que explican los potenciales peligros. “Hay que tomar todos los resguardos”, si hay una bandera roja, por ejemplo, en la playa.

En el caso de ser testigo de una emergencia de estas condiciones, la recomendación es llamar al 137 y no arriesgarse a ser una víctima más.

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Se confirmó durante la tarde de este domingo que se encontraron algunas pertenencias del padre que fue arrastrado por el mar en la playa de Pingueral. Específicamente, se halló un polerón y una billetera.

Se trata de Bryan Salas Ferreira, de 33 años, que fue arrastrado por el mar tras intentar salvar a su familia.

Revisa la entrevista al Capitán de Corbeta, Gonzalo Towsend. Subjefe del Servicio de Búsqueda y Salvamento Marítimo de la Dirección de Seguridad y Operaciones Marítimas.

“Respecto de las acciones que están efectuando la autoridad marítima para dar con la última víctima, hay que esperar que den resultados positivos, lo importante es dar tranquilidad a la familia y personas del sector costero. Hay que mantener el resguardo de todas las actividades que se efectúan como turistas, vecinos, se desconoce el sector costero”, por lo que recomendó estar atentos a las señaléticas del sector, “30 centímetros es suficiente para botar a una persona”.

En cuanto a las posibilidades de tener un accidente al encontrarse con el mar de manera directa. “Pueden haber rocas, puede uno cansarse al nadar tratando de salir, y eventualmente morir”, explica el Capitán.

Sobre la información, el Capitán explica que “En el caso de poder dar con esta información a la comunidad, muchas veces se desconocen. Existe una aplicación de la Armada que liberó para los teléfonos. Ingresas a playas habilitadas y encuentras el logo, bajas la aplicación y puedes buscar el nombre de la playa a la que voy a acudir y ver si es apto no. Además tiene un banner con aviso especial de marejadas”, para quienes tienen facilidad con el uso de la tecnología.

Sin embargo, “No hay advertencia de avisos de marejadas”, cuenta.

En las playas hay banderas rojas y señaléticas que explican los potenciales peligros. “Hay que tomar todos los resguardos”, si hay una bandera roja, por ejemplo, en la playa.

En el caso de ser testigo de una emergencia de estas condiciones, la recomendación es llamar al 137 y no arriesgarse a ser una víctima más.