Constanza Lizana y campamentos: "Si no hay negocio, no hay vivienda social"

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“Hay que romper con la lógica de que la única forma de acceder a la vivienda es a través de la propiedad privada” sostiene Constanza Lizana Sierra, abogada con estudios en urbanismo que trabajó en la seremi de Vivienda y hoy apoya a organizaciones sociales.

Constanza Lizana conversa sobre campamentos. Una realidad que ha tenido un crecimiento acelerado en los útimos tiempos.

“El déficit de vivienda, cuantitativo y cualitativo, estaba escondido en las casas”, afirma, considerando que, en estimaciones de mediados del año pasado, éste era de casi 750.000 viviendas según la Cámara Chilena de la Construcción y sobre 1.000.000 en cifras del Colegio de Arquitectos.

“Después de la revuelta las familias se encontraron y se evidenció para ellos que eran muchos”, dice Constanza Lizana, “por otro lado hay suelo que no ha sido usado”.

“El acceso y la garantía a la vivienda está entregado exclusivamente al mercado. Si no hay negocio no hay vivienda”.

“En 2019 se entregaron las últimas casas en San Antonio, que correspondían a subsidios del 2012 y 2013 que se postularon el 2008”, lo que significa que para esas familias, desde que tomaron la decisión de postular y empezaron a hacer gestiones pasaron 12 a 14 años.

“Hay una cultura de hacer tomas, de organización, de organizar una toma con calles, áreas verdes, espacios para equipamientos”, sostiene Constanza Lizana, con una organización muy similar que recoge la historia de las tomas”.

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“Hay que romper con la lógica de que la única forma de acceder a la vivienda es a través de la propiedad privada” sostiene Constanza Lizana Sierra, abogada con estudios en urbanismo que trabajó en la seremi de Vivienda y hoy apoya a organizaciones sociales.

Constanza Lizana conversa sobre campamentos. Una realidad que ha tenido un crecimiento acelerado en los útimos tiempos.

“El déficit de vivienda, cuantitativo y cualitativo, estaba escondido en las casas”, afirma, considerando que, en estimaciones de mediados del año pasado, éste era de casi 750.000 viviendas según la Cámara Chilena de la Construcción y sobre 1.000.000 en cifras del Colegio de Arquitectos.

“Después de la revuelta las familias se encontraron y se evidenció para ellos que eran muchos”, dice Constanza Lizana, “por otro lado hay suelo que no ha sido usado”.

“El acceso y la garantía a la vivienda está entregado exclusivamente al mercado. Si no hay negocio no hay vivienda”.

“En 2019 se entregaron las últimas casas en San Antonio, que correspondían a subsidios del 2012 y 2013 que se postularon el 2008”, lo que significa que para esas familias, desde que tomaron la decisión de postular y empezaron a hacer gestiones pasaron 12 a 14 años.

“Hay una cultura de hacer tomas, de organización, de organizar una toma con calles, áreas verdes, espacios para equipamientos”, sostiene Constanza Lizana, con una organización muy similar que recoge la historia de las tomas”.