El 22 de septiembre de 1928, el médico y bacteriólogo escocés Alexander Fleming descubrió la penicilina. Uno de los denominados “accidentes científicos” más reconocidos en la historia.
El descubrimiento de la penicilina
Debido a que uno de los cultivos del laboratorio se contaminó por accidente con un hongo llamado Penicillium notatum, Fleming observó que los gérmenes del área contaminada morían, concluyendo que ese hongo contenía una sustancia que los destruía, nombrando al compuesto como penicilina.
Pero por falta de dinero, la investigación del bacteriólogo quedó archivada por diez años, siendo recordada como un curioso incidente científico.
Luego de una década del descubrimiento de Alexander Fleming, un grupo de científicos británicos redescubrieron la investigación del doctor, pero ante la falta de apoyo decidieron solicitar ayuda a Estados Unidos. Fue en 1941 que representantes de la farmacéutica Pfizer demostraron en la Universidad de Columbia que la penicilina era un poderoso agente para combatir las infecciones.
La farmacéutica invirtió una gran cantidad de dinero para la fabricación de la penicilina y los químicos Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey desarrollaron un método de purificación de la penicilina que permitió su síntesis y distribución comercial para el resto de la población.
La penicilina fue utilizada en los frentes de guerra donde combatían los aliados, logrando que todos los heridos de gravedad en la batalla de Normandía fueran tratados con este medicamento.
Frente a los magníficos resultados que la penicilina demostró con los heridos de guerra, Fleming compartió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1945 junto al científico Ernst Boris Chain y al australiano Howard Walter Florey.
En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta la historia del descubrimiento de la penicilina y su impacto en la medicina.