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Un día como hoy, 13 de agosto, pero de 1942, Disney estrenó en Estados Unidos una de sus obras más maduras y conmovedoras: Bambi.
La primera película de la compañía que mostró la muerte de forma directa a los niños.
La historia del pequeño cervatillo tímido que crece en el bosque junto a su madre, hace amigos como Tambor, Flor y Faline… y que un día enfrenta la pérdida más dolorosa de su vida. Una escena inolvidable —el disparo, el silencio, la ausencia— que marcó para siempre el cine de animación.
Inspirada en la novela de 1923 del austríaco Felix Salten, Bambi fue un proyecto que tardó nueve años en llegar a la pantalla. Walt Disney compró los derechos en 1937 y llevó cervatillos reales al estudio para que sus animadores pudieran dibujar cada movimiento con precisión. El resultado fue una obra visualmente deslumbrante, con fondos creados por el artista Tyrus Wong.
El estreno no fue fácil: en plena Segunda Guerra Mundial, la película tuvo críticas por su dureza y no recuperó de inmediato su presupuesto. Pero el tiempo la reivindicó. Fue nominada a tres premios Óscar y, en su reestreno de 1947, conquistó definitivamente al público.
Hoy, Bambi sigue ocupando un lugar de honor en la lista de las mejores películas animadas de todos los tiempos. Más que la historia de un cervatillo, es una lección sobre la amistad, el amor y el valor para seguir adelante cuando la vida nos pone a prueba.
En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta la historia de Bambi, la primera película de Disney que mostró de forma directa la muerte a los niños.