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El 31 de julio de 1832, el Parlamento inglés promulgó la Ley de Anatomía. Esta norma autorizó a médicos, profesores y estudiantes a diseccionar cadáveres donados. La medida marcó un punto de inflexión en el Reino Unido, al responder a la creciente importancia de la cirugía en el siglo XIX.
La ley que reguló el uso de cadáveres para el estudio de la medicina./h2>
Antes, solo podían usarse los cuerpos de asesinos ejecutados. Pero con menos ejecuciones y más demanda, surgió el saqueo de tumbas. La presión llevó a formar una sociedad que logró presentar un proyecto de ley en 1828, pese a la resistencia pública y política.
Uno de los opositores fue el diputado Henry Hunt, quien cuestionó si la ciencia beneficiaba a los pobres. Propuso diseccionar a los reyes en lugar de usar fondos públicos para enterrarlos. Aun así, el proyecto avanzó y fue aprobado por la Cámara de los Lores en 1832.
La ley obligaba a obtener permiso del ministro del Interior para ejercer la anatomía. También estableció inspectores que debían conocer el destino de cada cuerpo. Un punto clave fue que, si no había oposición familiar, un cadáver no reclamado podía ser disecado legalmente.
Esto puso fin a los llamados “resurreccionistas”, quienes robaban cuerpos de cementerios. Además, las escuelas podían cubrir el entierro a cambio del cuerpo. Así, se regularizó el acceso a cadáveres para la enseñanza médica, en hospitales, prisiones y asilos de pobres.
En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta la historia de la promulgación de la Ley de Anatomía, la cual reguló el uso de cadáveres para el estudio de la medicina.