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El 18 de julio de 1563, Rodrigo González Marmolejo tomó posesión como primer obispo electo de Santiago. Lo hizo a través de tres apoderados, ya que su edad avanzada y los achaques no le permitían estar presente. Había nacido en Constantina, diócesis de Carmona, hacia 1487. Ingresó joven a la Orden de Santo Domingo, donde fue conocido como Rodrigo de la Plaza. Más tarde pasó al clero diocesano y adoptó el nombre Rodrigo González.
Fue el primer obispo de Chile, pero no fue consagrado.
En 1536 llegó a Lima, donde fue capellán de los conquistadores durante cuatro años. Participó en expediciones con Francisco Pizarro y luego en incursiones en la actual Bolivia. En 1540, Pedro de Valdivia lo nombró capellán castrense de la expedición a Chile. Aunque no asistió a la ceremonia, se unió luego en Tarapacá. Cruzaron juntos el desierto de Atacama y llegó con Valdivia hasta Copiapó y Santiago.
Estuvo presente en la fundación de Santiago y recibió un solar en la esquina de las actuales calles Catedral y Bandera. En 1552 fue nombrado vicario general de Chile por el obispo de Charcas. Con el paso del tiempo, deseó volver a España. Valdivia pidió al emperador que lo nombrara obispo y que lo hiciera volver para servir en Chile. En cartas dirigidas a la corona, recomendó a González como prelado.
Felipe II apoyó el nombramiento y solicitó al papa Pío IV su confirmación. El pontífice accedió en mayo de 1561. Aunque la bula llegó a Santiago en 1563, Felipe II ya había enviado su respaldo en 1562. Finalmente, el 18 de julio de 1563, González Marmolejo asumió por medio de apoderados. El obispo estaba postrado, la catedral era una capilla modesta y el gobernador Pedro de Villagra estaba ausente.
Rodrigo González nunca logró consagrarse obispo, debido a la falta de un consagrante. No hay registros de sus últimos días, pero se estima que murió entre septiembre y octubre de 1564. Así, el primer obispo electo de Santiago pasó a la historia por su rol fundacional, aunque su mandato estuvo marcado por la precariedad y la distancia.
En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta la historia del primer obispo de Santiago, Rodrigo González Marmolejo.
