Tres días antes el cohete Soyuz había despegado desde el Cosmódromo de Baikonur y con esa nave espacial que tenía dos tripulantes a bordo Pável Beliáyev y Alekséi Leónov, en una misión que solo iba a durar 24 horas.
Al entrar en órbita los tripulantes se prepararon para realizar la que fue la primera caminata espacial de la historia en un vuelo muy particular.
Cuando decidió regresar a la nave en el espacio, Leónov se dio cuenta que los ingenieros soviéticos se les había pasado un par de cosas como su traje que se volvió rígido con la presión del aire impidiéndole poder ingresar por la pequeña compuerta.
Leónov solo tenía oxígeno para una hora y corría el riesgo de asfixiarse si no se encontraba una solución.
Tras intentar una y otra vez ingresar de vuelta al modulo optó por la alternativa más desesperada que era soltar aire desde el interior del traje para ganar flexibilidad aunque así se exponía a sufrir una aeroembolia.
Al abrir la válvula del traje y redujo la presión. Consiguió moverse, entrar a la nave y volvió a presurizar la cámara antes de que se produjera la aeroembolia.
Antes de iniciar el regreso a la tierra se dieron cuenta de otro error que en la nave el nivel de oxigeno puro empezaba a subir de manera inexplicable y volviéndolos a poner en peligro ya que este elemento puro es altamente inflamable.
Al entrar de nuevo en la atmosfera el piloto automático de la nave falló y Beliáyev debió tomar el control manual.
Un retraso de 43 minutos los hizo caer en lugar de las llanuras de Kazajistán cerca del mar Caspio a más de 300 kilómetros del punto original en un busque cubierto con la nieve.
Ante esto ambos debieron pasar la noche en el lugar y gracias al traje pudieron contra las bajas temperaturas. A la mañana siguientes los rescatistas lograron ubicarlos pero no podían llegar a ellos en helicópteros producto de lo boscoso del lugar en el que habían aterrizado pudiendo lanzarle algunos víveres y preparando una pista de aterrizaje a 9 kilómetros.
Recién al tercer día, esa mañana del 21 de marzo de 1965 unos 20 esquiadores con socorristas y médicos, llegaban a su rescate y trasladaban hasta la pista de aterrizaje a Beliáyev y Leónov, quienes realizaron la primera caminata espacial de la historia.