Efemérides: El 23 de febrero de 1822 fue ahorcado Vicente Benavides

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El 23 de febrero del año 1822 fue ahorcado Vicente Benavides, quien fue un militar chileno, el caudillo de los últimos caudillos realistas durante la guerra de la independencia pero no era español ya que había nacido en Quirihue en la Provincia de Ñuble.

Ya en 1811 se había alistado en los granaderos y en 1813 era ya sargento de la guardia de José Miguel Carrera.

Cuando se retomó la reconquista española, Benavides se unió a las filas realistas participando en la Batalla de Maipú donde fue hecho prisionero y condenado a morir fusilado.

Sin embargo, logró escapar y partió al sur donde se unió a las tropas españolas. Tras varios combates fue derrotado en el sector de las Vegas de Saldías cerca de Chillán en 1821.

Huyó nuevamente y en Lebú abordó una barcaza para irse a Perú y debido a la falta de agua tuvo que desembarcar en la provincia de Colchagua donde fue detenido junto a su mujer, su hijo pequeño y varios cómplices.

Benavides ya no pudo escapar y fue directo a la cárcel de Santiago que en ese entonces era el edificio que hoy ocupa la Municipalidad.

Cuando se convenció que iba a morir, ofreció que si se le perdonaba la vida, pagaría al gobierno 25 mil pesos de rescate.

Sus últimas horas las pasó reunido junto a su mujer en el calabozo y ese día 23 de febrero a las 11 de la mañana, Benavides fue sacado de la cárcel y llevado en un canasto arrastro por un burro a la horca que se levantaba en la Plaza de Armas de Santiago.

La ejecución se llevó a cabo ante un millar de espectadores y el cadáver fue destrozado por el verdugo.

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El 23 de febrero del año 1822 fue ahorcado Vicente Benavides, quien fue un militar chileno, el caudillo de los últimos caudillos realistas durante la guerra de la independencia pero no era español ya que había nacido en Quirihue en la Provincia de Ñuble.

Ya en 1811 se había alistado en los granaderos y en 1813 era ya sargento de la guardia de José Miguel Carrera.

Cuando se retomó la reconquista española, Benavides se unió a las filas realistas participando en la Batalla de Maipú donde fue hecho prisionero y condenado a morir fusilado.

Sin embargo, logró escapar y partió al sur donde se unió a las tropas españolas. Tras varios combates fue derrotado en el sector de las Vegas de Saldías cerca de Chillán en 1821.

Huyó nuevamente y en Lebú abordó una barcaza para irse a Perú y debido a la falta de agua tuvo que desembarcar en la provincia de Colchagua donde fue detenido junto a su mujer, su hijo pequeño y varios cómplices.

Benavides ya no pudo escapar y fue directo a la cárcel de Santiago que en ese entonces era el edificio que hoy ocupa la Municipalidad.

Cuando se convenció que iba a morir, ofreció que si se le perdonaba la vida, pagaría al gobierno 25 mil pesos de rescate.

Sus últimas horas las pasó reunido junto a su mujer en el calabozo y ese día 23 de febrero a las 11 de la mañana, Benavides fue sacado de la cárcel y llevado en un canasto arrastro por un burro a la horca que se levantaba en la Plaza de Armas de Santiago.

La ejecución se llevó a cabo ante un millar de espectadores y el cadáver fue destrozado por el verdugo.