El 18 de noviembre del año 1307 en Suiza, según la leyenda, el héroe nacional Guillermo Tell acertó con un flechazo a una manzana sobre la cabeza de su hijo.
El mito de Tell nació a final del siglo 14, una canción y una crónica mencionan por primera vez a este héroe nacional y la leyenda de la Ballesta en común relación con varios mitos relacionados a la libertad.
Pese a que en esos años había muy buenos arqueros esta leyenda si hay un fondo de verdad, con el transcurso de los siglos la figura de Guillermo Tell encarnó los ideales de lucha por la libertad e independencia de Suiza y más tarde los del amor paterno y la lucha por la justicia.
Numerosos autores, especialmente en el Romanticismo, encontraron en Guillermo Tell su fuente de inspiración. Friedrich Schiller se basó su leyenda para escribir un drama perteneciente a la época clásica de la literatura alemana el año 1804.
Ese drama de Schiller sirve de inspiración a números autores posteriores, por ejemplo Gioachino Rossini compuso la ópera que lleva el mismo nombre el año 1829, que se estrenó en Paris y la obertura es mundialmente conocida y popular.
La historia de Tell debe entenderse en el contexto de la lucha que los cantones suizos llevaron a cabo con el Imperio Alemán de los Habsburgos y terminó con la victoria del país y su independencia.
Según la tradición, Guillermo Tell era un ballestero famoso por su puntería y habitante del cantón suizo de Uri, el se rehusó descubrirse en señal de respeto ante el sombrero instalado en la plaza pública de Gessler para simbolizar al soberano de la casa de Habsburgo.
El gobernador de la plaza de Gessler detuvo a Tell y le obligó como castigo dispararle a una manzana ubicada en la cabeza de su hijo si es que quería salvar la vida. La portentosa puntería de Tell según esta leyenda, le abría permitido acertar en la manzana sin dañar a su hijo.