Efemérides: El 16 de noviembre de 1938 finaliza la Batalla del Ebro en España

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El 16 de noviembre del año 1938, en el marco de la guerra civil española, finalizó la Batalla del Ebro, considerada la más larga y cruenta de todo el conflicto y terminó con el triunfo de las fuerzas nacionales como se llamaban a los seguidores de Francisco Franco.

Desde el año 1936 los españoles estaban enzarzados en una guerra civil que era cruenta, feroz y sin contemplaciones. Ese 1930 comenzó mal para las armas republicanas y a principios de enero se habría logrado tomar Teruel, la única capital de provincia que cayó en manos republicanas.

Solo fue un éxito parcial ya que después a fines de febrero la plaza fue ocupada nuevamente por el Ejército Nacional y perdida esa emblemática batalla las fueras republicanas idearon una ofensiva que les permitiera ganar terrenos y levantar la moral en sus filas.

El presidente Juan Negrín y el general Vicente Rojo decidieron tomar la iniciativa y lanzaron la última gran ofensiva, iniciando la más larga y cruenta batalla de toda esa guerra civil en un frente establecido por el río Ebro desde Tarragona hasta Zaragoza.

Esa madrugada de julio de 1938 las fuerzas republicanas cruzaron el rio Ebro por distintos puntos para aprovechar el factor sorpresa. Unos 100 mil hombres del Ejército Popular de la Republica Española embistieron contra unos 90 mil efectivos del Ejército Nacional.

La operación diseñada como ofensiva relámpago, comenzó bien para los republicanos que pudieron avanzar varios kilómetros. Franco se vio sorprendido por la maniobra de Vicente Rojo, cuando además los cuerpos de su ejercito estaban pendientes de otro objetivo que era la ciudad de Valencia.

La reacción de las fuerzas franquistas, comandada por el General Juan Llave Blanco fue muy rápida, no solo lograron contener la ofensiva republicana si no que controlaron su avance evitando que controlen Gandesa.

Franco, además desactivó su frente en Levante, trasladó tropas al Ebro, las reforzó con otras llegadas de Madrid, con lo que en una zona montañosa el avance republicano se estabilizó y no pudieron llegar a Alcañiz, situado a menos de 30 kilómetros del río Ebro.

La estabilización del frente de unos 70 kilómetros de longitud generó no solo un desafío para la logística si no para la coordinación de las fuerzas, plano en que se mostraron superiores las tropas de Franco.

Los Republicanos cometieron el error de atacar dejando el río a sus espaldas, lo que tenía bastante de auto encerrona y los franquistas aprovecharon de liquidarlos con el apoyo de las aviaciones italianas y alemanas.

En cuestión de días comenzó una contraofensiva franquista y Franco diseñó una tremenda batalla de desgaste. Fueron 114 días de grandes enfrentamientos armados y los historiadores calculan que hubo cerca de 20 mil muertos en ambos bandos.

El 16 de noviembre de 1938, los últimos reductos republicanos volvieron a cruzar el Ebro replegándose hasta Cataluña, marcando el fin de la Batalla del Ebro en la guerra civil española.

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El 16 de noviembre del año 1938, en el marco de la guerra civil española, finalizó la Batalla del Ebro, considerada la más larga y cruenta de todo el conflicto y terminó con el triunfo de las fuerzas nacionales como se llamaban a los seguidores de Francisco Franco.

Desde el año 1936 los españoles estaban enzarzados en una guerra civil que era cruenta, feroz y sin contemplaciones. Ese 1930 comenzó mal para las armas republicanas y a principios de enero se habría logrado tomar Teruel, la única capital de provincia que cayó en manos republicanas.

Solo fue un éxito parcial ya que después a fines de febrero la plaza fue ocupada nuevamente por el Ejército Nacional y perdida esa emblemática batalla las fueras republicanas idearon una ofensiva que les permitiera ganar terrenos y levantar la moral en sus filas.

El presidente Juan Negrín y el general Vicente Rojo decidieron tomar la iniciativa y lanzaron la última gran ofensiva, iniciando la más larga y cruenta batalla de toda esa guerra civil en un frente establecido por el río Ebro desde Tarragona hasta Zaragoza.

Esa madrugada de julio de 1938 las fuerzas republicanas cruzaron el rio Ebro por distintos puntos para aprovechar el factor sorpresa. Unos 100 mil hombres del Ejército Popular de la Republica Española embistieron contra unos 90 mil efectivos del Ejército Nacional.

La operación diseñada como ofensiva relámpago, comenzó bien para los republicanos que pudieron avanzar varios kilómetros. Franco se vio sorprendido por la maniobra de Vicente Rojo, cuando además los cuerpos de su ejercito estaban pendientes de otro objetivo que era la ciudad de Valencia.

La reacción de las fuerzas franquistas, comandada por el General Juan Llave Blanco fue muy rápida, no solo lograron contener la ofensiva republicana si no que controlaron su avance evitando que controlen Gandesa.

Franco, además desactivó su frente en Levante, trasladó tropas al Ebro, las reforzó con otras llegadas de Madrid, con lo que en una zona montañosa el avance republicano se estabilizó y no pudieron llegar a Alcañiz, situado a menos de 30 kilómetros del río Ebro.

La estabilización del frente de unos 70 kilómetros de longitud generó no solo un desafío para la logística si no para la coordinación de las fuerzas, plano en que se mostraron superiores las tropas de Franco.

Los Republicanos cometieron el error de atacar dejando el río a sus espaldas, lo que tenía bastante de auto encerrona y los franquistas aprovecharon de liquidarlos con el apoyo de las aviaciones italianas y alemanas.

En cuestión de días comenzó una contraofensiva franquista y Franco diseñó una tremenda batalla de desgaste. Fueron 114 días de grandes enfrentamientos armados y los historiadores calculan que hubo cerca de 20 mil muertos en ambos bandos.

El 16 de noviembre de 1938, los últimos reductos republicanos volvieron a cruzar el Ebro replegándose hasta Cataluña, marcando el fin de la Batalla del Ebro en la guerra civil española.