Anita Reeves y J.A. Muñoz revelan lo que hay tras "Mi Madre, Ana Bolena"
Foto autor

Raymundo Fleming

Periodista BBTV

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“Isabel I está en sus últimos días y está ‘disvariando’; y siente que tiene una deuda con su madre. En ese caos que tiene en la mente, de pronto empieza a escuchar a su madre, que fue decapitada cuando ella tenía 2 años y ocho meses. Entonces esta madre se le aparece joven, tal como ella la recordaba”.

Anita Reeves está, junto a Juan Antonio Muñoz, en el programa “Del Fin del Mundo”, de TV BioBio, que conducen Ana Josefa Silva y Marco Antonio de la Parra.

La actriz habla de su personaje en “Mi Madre, Ana Bolena”, obra de J.A. Muñoz, que actúa junto a Katty Kowaleczko, bajo la dirección de Claudio Pueller, y que termina su temporada por estos días en el teatro del Centro Cultural de Las Condes.

“En este caso está la cosa histórica que es ineludible. Pero yo veo aquí otro tema: que es lo que de verdad le está sucediendo a Isabel. Uno puede ver que es la aparición de un fantasma, al estilo de Hamlet, pero también, y es lo que hemos buscado en la puesta en escena, es la creación propia de la mente de Isabel, que se le representa a la propia Isabel. Son las preguntas que ella misma quiso hacerle a su madre, las mismas cosas que ella arguyó que Ana podía contestarle y de qué manera podía ella replicarle. Ese es el trabajo. Por eso, la gente sale muy conmovida de la sala porque ven una relación madre-hija, independiente de que la madre no haya sido decapitada o la otra no sea reina”, acota el autor.

Anita agrega: “La gente me ha dicho, es impresionante lo que se da en esta relación madre-hija; lo que no se dijo, lo que se dijo; lo que no se pudo decir. La obra tiene eso, no sólo la cosa histórica. Isabel también estuvo en La Torre, a punto de ser decapitada, por orden de su hermana María Tudor”.

La obra también apunta a la soledad del poder. “Esa es la soledad de la que habla Isabel al comienzo de la obra, la soledad de los príncipes, el peso que cae sobre sus hombros”, destaca Juan Antonio.

Y Anita agrega: “Dice: el silencio de los vivos es el lugar de las preguntas y respuestas que nadie quiere escuchar. El silencio de los muertos es el descanso, pero no es así como yo quiero descansar. Después habla del peso, de la carga que ha significado para ella la muerte de su madre y cómo ha tenido que sobrevivir a ella”.

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