Cristina Larraín regala un doloroso testimonio en su "Bitácora del desamparo"

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Quería que se plasmara lo que ha estado viviendo. Por eso Cristina Larraín Heiremans escribió “Bitácora del Desamparo” (Editorial Cuarto Propio): un viaje inacabado y en soledad a través de la experiencia de quien le toca acompañar. En este caso, una madre a su hijo que, a los 18 años, con evidentes y múltiples talentos, de pronto es diagnosticado con una enfermedad siquiátrica.

En conversación con Ana Josefa Silva y Marco Antonio de la Parra en “Del Fin del Mundo”, de TV Bio Bio, Cristina cuenta que esta novela de autoficción salió “como a borbotones”.

Y es el testimonio de esta madre que va recorriendo un camino insospechado y desgastador.

Cansada de diagnósticos, agotada de todo aquello que duele “más que el dolor”, de no saber qué va a ocurrir de una hora para otra, de un día a otro, de un mes a otro.

Todo ello lo vuelca en un texto que exuda sinceridad y una prosa rica y directa, “quebrada” en frases como si fueran poemas.

“He aprendido mucho”, dice Cristina. “Me alejo y observo”.

Agradece a Ana María del Río que la acompañó en este proceso lento y doloroso de escribir una novela que, por ningún motivo quería que fuese “quejumbrosa”. Y lo consiguió. Porque como la describiera Nicolás Poblete, “Bitácora del Desamparo” es una novela que “es más difícil de vivir que de leer”.

Cristina estudió literatura y en 2014 publicó “Cartas a mi madre”, recopilación de las misivas que el afamado dramaturgo Luis Alberto Heiremans le escribiera a su madre, la reconocida periodista Techa (Esther) Heiremans. De “Tito”, dice Cristina, tiene los mejores recuerdos. “Fue como un padre”, así de cercano y querido, del que ella recuerda y valora mucho su humor.

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Quería que se plasmara lo que ha estado viviendo. Por eso Cristina Larraín Heiremans escribió “Bitácora del Desamparo” (Editorial Cuarto Propio): un viaje inacabado y en soledad a través de la experiencia de quien le toca acompañar. En este caso, una madre a su hijo que, a los 18 años, con evidentes y múltiples talentos, de pronto es diagnosticado con una enfermedad siquiátrica.

En conversación con Ana Josefa Silva y Marco Antonio de la Parra en “Del Fin del Mundo”, de TV Bio Bio, Cristina cuenta que esta novela de autoficción salió “como a borbotones”.

Y es el testimonio de esta madre que va recorriendo un camino insospechado y desgastador.

Cansada de diagnósticos, agotada de todo aquello que duele “más que el dolor”, de no saber qué va a ocurrir de una hora para otra, de un día a otro, de un mes a otro.

Todo ello lo vuelca en un texto que exuda sinceridad y una prosa rica y directa, “quebrada” en frases como si fueran poemas.

“He aprendido mucho”, dice Cristina. “Me alejo y observo”.

Agradece a Ana María del Río que la acompañó en este proceso lento y doloroso de escribir una novela que, por ningún motivo quería que fuese “quejumbrosa”. Y lo consiguió. Porque como la describiera Nicolás Poblete, “Bitácora del Desamparo” es una novela que “es más difícil de vivir que de leer”.

Cristina estudió literatura y en 2014 publicó “Cartas a mi madre”, recopilación de las misivas que el afamado dramaturgo Luis Alberto Heiremans le escribiera a su madre, la reconocida periodista Techa (Esther) Heiremans. De “Tito”, dice Cristina, tiene los mejores recuerdos. “Fue como un padre”, así de cercano y querido, del que ella recuerda y valora mucho su humor.