Ética y transparencia de BioBioChile
En Causa y Efecto conversamos del impacto negativo que han tenido, por años, las prácticas parlamentarias en la credibilidad ciudadana sobre la política.
Se recuerda que tras el retorno a la democracia existieron pocas restricciones al ejercicio legislativo, lo que derivó en regulaciones posteriores frente a escándalos como la contratación de parientes y otras irregularidades.
También se cuestiona la incorporación de figuras sin trayectoria política, impulsadas por su popularidad, que luego cambiaron de bancada.
El foco del diálogo se traslada a la reciente ausencia de diputados que impidió constituir el quórum mínimo para que funcionara el pleno.
Se mencionan diversas explicaciones, desde el cierre del período legislativo y campañas electorales hasta el desgaste personal de parlamentarios no reelegidos.
Sin embargo, se enfatiza el problema de la responsabilidad, considerando las garantías del cargo, los días de trabajo presencial y los recursos destinados a asesores, planteando que lo mínimo exigible es asistir a cumplir la función legislativa.
La conversación se amplía hacia una crítica al bajo profesionalismo, la falta de estudio de los proyectos votados y la tendencia a priorizar la exposición mediática por sobre el trabajo legislativo.
Se señala que, aunque existen parlamentarios con alto nivel técnico, también hay otros que votan materias complejas sin dominarlas.
Finalmente se plantea que este fenómeno no es solo responsabilidad del mundo político, sino también de una ciudadanía.
La cual muchas veces premia la visibilidad por sobre la competencia, lo que termina incentivando un Congreso con estándares deficientes.