Hay una polémica y declaraciones cruzadas porque el presidente Gabriel Boric inauguró las Fiestas Patrias en la Pampilla de Coquimbo y este martes llegó al Parque O’Higgins, pero no saludó en primera instancia al alcalde Mario Desbordes. Hay crispación.
Esta situación fue considerada casi como una especie de menosprecio por parte del mandatario, en medio de la crispación política que significa el inicio de las campañas electorales.
Hay que tener ojo con la crispación política, porque resulta que esta vez tienen que ver con la crispación de individuos, pero hay un efecto en el resto de la ciudadanía.
Cuando ves a los líderes pelearse o descalificarse, incluso cuando hay razón, eso genera un ambiente extraño, justo cuando comienza la campaña electoral. Ya hay un candidato en Valparaíso que acusa haber sido agredido.
Ojo con las señales que dan las autoridades porque de ahí para abajo son un reflejo de algo y se van generando patrones de conducta.
Hay formalidades que pueden sonar anacrónicas, pero que son importantes no por el hecho mismo, sino porque significa una relación de consideración hacia el otro. El saludo por ejemplo.
Pero todo tiene dos caras. Este miércoles se dio a conocer una selfie de Jeannette Jara, Johannes Kaiser e integrantes de los comandos, riendo y en una actitud amable y cómplice. Parecen ser buenas esas señales para la ciudadanía.