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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo. El Ejército se ve envuelto en un escándalo tras descubrir una organización criminal que realizó 17 viajes, incluyendo uno con un cargamento de 3.000 millones de pesos, vinculando a miembros con destinos en Colchane, destacando la frontera como punto crítico para el narcotráfico. El caso revela fallas en los controles internos de las Fuerzas Armadas y la falta de inteligencia institucional. Además, se evidencia una disminución en los test de drogas y escasez de recursos para mejorar infraestructura y operatividad, dejando a la institución vulnerable ante redes delictivas.
Las luces rojas están encendidas y la alarma instalada. Lo que parecía un hecho aislado dentro del Ejército terminó por revelar una organización criminal que logró realizar 17 viajes, uno de ellos con un embarque avaluado en 3.000 millones de pesos. Todos los involucrados, según se ha conocido, “en algún momento estuvieron destinados en Colchane”, lo que pone el foco en la destinación fronteriza como un punto crítico para el narcotráfico.
El caso ha evidenciado una grave falla en los controles internos de las Fuerzas Armadas.
Nibaldo manifestó que el foco ahora va a tener que ampliarse también al tema del crimen organizado.
Efectivamente, acá no ha habido inteligencia institucional, que tradicionalmente se enfoca en amenazas externas; debe comenzar a mirar también hacia adentro.
“¿Qué pasa si alguien de esos que fueron detenidos hubiese sido contactado para filtrar información?”, se preguntó Nestor, remarcando la necesidad urgente de una vigilancia más activa sobre la vida privada de los funcionarios.
Los datos sobre test de drogas dentro del Ejército muestran un retroceso alarmante. En 2016 se hicieron 123 test; en 2017, 102; y en 2018, 112. Pero desde el año 2015 en adelante, empezó a disminuir considerablemente la cantidad de testeos, al punto que en 2024 solo se aplicaron 34.
¿La razón? Agrega Néstor, es una cosa de recursos, de plata. Sin embargo, el problema no es solo financiero.
Hoy día, la verdad es que el Ejército tampoco tiene los recursos suficientes para mejorar infraestructura o para este tipo de situaciones operativas, lo que deja expuesta a la institución frente a redes delictivas con mayor capacidad de acción.
A este escenario se suma la falta de fiscalización efectiva sobre el ingreso de productos al país.
—¿Dónde están las revisiones de inventario de todas las importadoras que llegan a Chile con carcasas de celulares, con peinetas, con chalecos, con zapatos, con lo que sea que traigan? —cuestionó Nibaldo.
La falta de controles aduaneros reales abre flancos que el crimen organizado sabe aprovechar. Como señalaron: “Quizás hay herramientas disponibles que no se usan porque ya no es simplemente un problema de mala voluntad”.
Finalmente, el diagnóstico es claro: Si se quieren hacer las cosas, se pueden hacer con los marcos que actualmente están. El problema, entonces, no es la falta de leyes, sino “falta de voluntad”.
Lo que urge, según concluyeron los panelistas, es que la clase política ponga acelerador a una ley tan importante como la de inteligencia, para actuar preventivamente y no cuando los daños ya están hechos. Porque la institucionalidad es demasiado débil y el crimen organizado lo sabe.
Revisa el análisis completo en el video.